Quince son los partidos , partidillos, collas, grupos, grupúsculos y catervas que han decidido unir su suerte electoral al proyecto encabezado por Yo- Yolanda Díaz o Díez. Entre esos quince está Compromís que de ese modo ha decidido diluir sus más esencias patrias en el marasmo de una macro mini constelación que tiene como epicentro a la estrella Galicia. El caso es que se veía venir que los cantos de esta sirena comunista –algo más afinados que los de una cacatúa argentina— iban a encontrar acogida en dirigentes de Compromís como Joan Baldoví y Joan Ribó , los santos juanes laicos del catalanismo en la Comunidad Valenciana, que ya habían dado muestras de embelesamiento para con la vicdepresidenta desertora y dinamitadora de lo que va quedando de la podemía. Si repasas la relación de quienes han decido unirse a la suma de Yo-Yolanda, incluidos los supervivientes del naufragio de Podemos , las adhesiones electorales que pueden conseguir en las urnas son mínimas, por mucho que el mago del CIS, José Félix Tezanos , meta mano en la cocina demoscópica y se saque de la chistera una broma como que Yo-Yolanda es la lideresa más valorada de España. Que no otra cosa hizo el menda a instancias de su amo pedrosanchez en los tiempos en que quiso poner en valor a la sumadora para cargarse a quienes tanto insomnio le han provocado. MÁS INFORMACIÓN noticia No Bebé con Alcaldía de Valencia bajo el brazo Que un proyecto que se define como valenciano y valencianista termine confundido en medio de un conglomerado como lo es Sumar, no tiene explicación lógica a los ojos de muchos valencianos, aquellos que en un momento, digamos que con benevolente ingenuidad, vieron con cierta simpatía lo que era y representaba el Bloc y sus distintas reencarnaciones y refundaciones, pero que terminaron de lo más desilusionados a la vista de que votar a alguien como Baldoví era tirar el voto por la alcantarilla, porque en sus doce años en el Congreso de los Diputados ha conseguido para la Comunidad Valenciana los mismos réditos que los que hubiese logrado de haber estado tomando aguas en un balneario de Archena. El pacto, alianza y/o coalición de Compromís dentro de Sumar, por mucho que digan que es todo un éxito porque la candidatura estará encabezada por un valencianista, no deja de ser una ilusión que ni siquiera podrá ser visual a ojos del presunto votante, porque en la papeleta para el Congreso aparecerá la singular imagen de Yo-Yolanda, la misma que proclamaba con su meliflua voz de poetisa en un rincón de El Retiro, que ella desdeñaba toda clase de personalismos, que su proyecto era el de sumar. Con entusiasmo digno de mejor causa las muchas izquierdas que existen a la izquierda del Partido de Sánchez han decidido comparecer unidas. Y en medio de ese batiburrillo aparece Compromís. Que ha vuelto a demostrar que no sabe qué quiere ser de más mayor. Ni como serlo, porque ha bastado un guiño de Yo-Yolanda para que uno y otro, Baldoví y Ribó, hayan caído hechizados a sus pies, sin que las bases de Compromís hayan tenido ocasión de pronunciarse sobre este matrimonio de conveniencia y connivencia, mientras Mónica Oltra observa cerca del banquillo la inanidad a la que ha sido condenada antes incluso de que se pronuncien los tribunales.
