La curiosa «herencia» de Pepe-Hillo: de una casa ruinosa en la calle Real a dos escopetas catalanas

A José Delgado Guerra (Sevilla, 1754), Pepe-Hillo en los carteles, le aguardaba la muerte el 11 de mayo de 1801 en Madrid, en una corrida de 16 toros con José Romero y Antonio de los Santos. Ya en la primera parte del festejo fue prendido por un toro, pero la fatal cogida sobrevino luego con «Barbudo». José de la Tixera lo contaba así tras una estocada «a toro parado»: «Le enganchó con el pitón derecho por el cañón izquierdo de los calzones y le tiró por encima de la espaldilla al suelo, cayendo boca arriba. Bien porque el golpe le hizo perder el sentido, o por el mucho con que pudo estar para conocer que en aquel lance debía quedar sin movimiento (...), ensartándole con el cuerno izquierdo por la boca del estómago, le suspendió en el aire y, campaneándole en distintas posiciones, le tuvo más de un minuto, destrozándole en menudas partes cuanto contiene la cavidad del vientre y el pecho, hasta que le soltó en tierra inmóvil y con solo algunos espíritus de vida (...)»


Tras aquella cornada mortal, en la que desaparecía la «Tauromaquia» de Pepe-Hillo, una figura decisiva para entender la Historia del Toreo e inmortalizada por Goya.


Tras su muerte, se hizo este curioso inventario con los bienes del torero. Así figura en el «¿Sabía usted?» del Cossío:



«Fincas en la villa de Espartinas: 3 aranzadas de olivar; 12 aranzadas de viña en el sitio de la Corcovada; 4 aranzadas de viña en la Corona; 6 en los Movidos; 5 aranzadas de tierra en calma en el pago del Marqués; 1 casa ruinosa en la calle Real.



Fincas en Sevilla: casa-posada, llamada de los Panaderos, al sitio del Altozano, en el barrio de Triana, con dos accesorias que dan a la calle Carreteros; 1 casa morada en la calle de San Pablo; otra en la calle de los Tintes.



Menaje: 1 lámina grande de testera; 2 espejos; 2 cornucopias antiguas; 1 tabernáculo de nacimiento; 12 cuadritos de diferentes tamaños estampados; 1 canapé forrado de damasco; 12 silloncitos de caoba forrados de damasco; 5 cortinas de muselina con sus cenefas; 3 de bayeta; 1 cómoda de cedro; 12 sillas del Norte, contrahechas; 2 rinconeras de caoba; 2 catres de tijera; 1 de campaña; 3 mesas; 1 redonda y 2 comunes; 4 colchones chicos; 4 colchas de zarza y 3 de indiana; 18 sábanas; 12 almohadas; 6 tablas de manteles; 12 servilletas; 6 toallas; 1 tocador; 3 baúles; 1 copa grande de pie con su badil; 1 velón; 1 velonera; 1 perol; 1 chocolatero de cobre; 2 candeleros de metal; 2 tinajas para agua; 1 lebrillo y demás avíos para lavar; 2 esterados de esparto; 1 estera de medio astrado; 2 bateas de charol; 2 escopetas catalanas; 1 estante con medias puertas de cristales; 6 cubiertos de plata.



Ropa de la viuda: 6 vestiduras blancas; 2 vestidos de zaraza; 1 de muselina, bordado; 4 pares de enaguas; 1 monillo de seda de paño de color; otro negro; 2 basquiñas, una de seda y otra de franela; 2 mantillas de blonda; 2 pares de medias de seda.


Ropa de don José Idelfonso, hijo mayor: 3 vestidos de militar; 1 de majo; 1 capote de seda; 1 capa blanca; 3 pares de medias de seda; 1 sable; 2 sombreros.



Ropa de Antonio, hijo menor: 2 vestidos de militar; 1 vestido corto; 1 capote de seda: 6 vestiduras blancas; 1 sombrero.


A la partición de los bienes del difunto se adicionaron a los expresados en la
casa mortuoria
, los siguientes: 1 vestido azul turquí guarnecido de plata, perteneciente al difunto, valorado en 1.100 reales; otro de color lirio guarnecido de plata, apreciado en 800 reales, otro verde, ídem en 500; otro de terciopelo, en 500; otro de terciopelo, fondo de oro, en 800; otro de paño de seda negro, en 200; otro de terciopelo negro, en 200; 1 capa de grana, en 500; 6 vestiduras blancas, en 200; 6 pares de medias de seda, 200; 5 pañuelos de hierbas, 250».