Torra se cita con Buch para reconducir la crisis de los Mossos en pleno pulso con los radicales
El presidente catalán ha llegado esta mañana al depósito del Rei Martí, en el barrio de Sarrià (Barcelona), para participar en el ayuno que varias personas están realizando en este local. Torra ha anunciado que permanecerá hasta esta tarde en este centro, desde donde saldrá para ir a Montserrat y participar en otro ayuno en solidaridad con los presos que se celebra en el monasterio. Entre ambos destinos, Torra debería hacer un hueco para verse con Buch en la Generalitat y decidir las medidas a tomar ante la crisis desencadenada por la represión de las protestas de los Comités de Defensa de la República, los CDR, por parte de los Mossos.
En concreto, han sido las cargas contra los antisistema que rompieron los cordones policiales que protegían concentraciones convocadas por Vox en Girona y Terrassa las que han vuelto a incendiar la calle y desatar una nueva campaña contra la policía autónoma catalana. El pasado viernes Torra dio un ultimátum a Buch para que en el plazo de cuatro días depurara responsabilidades dentro del cuerpo a partir de esta acción policial, ya que el sector soberanista, con ERC y la CUP a la cabeza, las consideraron desproporcionadas. "Hemos de revisar todos nuestros protocolos de actuación a fondo en todas estas concentraciones", indicó el presidente.
Torra se ha mostrado, una vez más, atrapado por su responsabilidad al frente del Gobierno catalán cuando lo que más le atrae personalmente es el activismo callejero. "Apretad, hacéis bien en apretar", fueron las palabras con las que animó el pasado 1 de octubre a los CDR, al inicio de las conmemoraciones del aniversario del referéndum ilegal. Unas horas después, los radicales intentaban asaltar el Parlament.
La invitación del ‘president’ y sus recientes críticas a las cargas policiales han motivado incluso que uno de los predecesores de Torra, el expresidente de la Generalitat Artur Mas, se desmarcara y le afeara la forma en la que trata a los Mossos. "Estamos hablando de la misma policía que hace poco más de un año fue reconocida internacionalmente por su labor con los atentados", lamentó Mas la mañana del sábado en una entrevista en el programa 'El suplement', de Catalunya Ràdio. "Si se han de revisar los protocolos de la policía, se ha de hacer con criterios policiales, no políticos", añadió.
En esa tensión constante en la que no hay que perder de vista las presiones de los socios preferentes del 'president' (ERC y la CUP) para prescindir de la mano dura contra las bases del independentismo, los Mossos no acaban de encontrar su lugar. Es más, están indignados ante las críticas de los principales responsables de Interior que no han hecho nada por apoyarles. El propio Buch dijo el viernes que en las cargas de Girona y Terrassa "hay imágenes que no se acaban de ajustar a los principios que corresponden a una policía democrática" y que "no gustan ni a la sociedad, ni al cuerpo, ni a mí mismo, ni al presidente, ni al Govern". El conseller añadió a todas estas consideraciones que no le temblará la mano si debe expulsar a algún agente tras el proceso administrativo correspondiente.
Las palabras de Buch y Torra pusieron en pie de guerra a los sindicatos policiales. SAP-FEPOL, mayoritario en la policía catalana, afeó al consejero que "instrumentalice con finalidades políticas" a los Mossos y aseguraron que las unidades antidisturbios están "hartas" de "ver fiscalizado su trabajo y, dicho sea de paso, no haga nada para parar los actos violentos". El caso es que las denuncias por la supuesta politización de los Mossos por parte de la Generalitat no son nuevas. Muchos agentes están molestos por la presunta pasividad de policía catalana en el operativo contra el referéndum independentista, que se investiga por vía judicial. Lo mismo ocurre con la causa abierta por la Fiscalía Superior de Cataluña por las identificaciones de los Mossos a ciudadanos que arrancaban lazos amarillos de las calles y retiraba simbología independentista del mobiliario urbano.
Los Mossos también denuncian la situación límite en que se encuentra el cuerpo por la falta de efectivos, el retraso para cobrar las pagas pendientes y la sobrecarga de trabajo. Y todo ello ha creado el caldo de cultivo para que pueda calar el llamamiento que han realizado algunos agentes a través de las redes para que el mayor número posible de compañeros aleguen que están enfermos para no ir a trabajar durante la huelga de funcionarios del próximo 12-D en Cataluña, a la que no pueden sumarse porque los policías no tienen ese derecho.
"El día 12, todos en casa y no cojáis los teléfonos, compañeros", resalta la nota que han distribuido estos agentes, en la que los promotores de la iniciativa, sin precedentes en la policía catalana, muestran su total apoyo a la huelga. "El virus D-80 ataca con virulencia este año. La vacuna no ha sido proporcionada por los responsables de velar por la salud de sus trabajadores, es muy probable que esa fecha (el 12-D) un gran número de mossos se vean afectados", advierten en el texto.
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