La riqueza culinaria y gastronómica de Dos Hermanas siempre ha llamado la atención en los alrededores aunque por la evolución natural de la sociedad, por falta de tiempo, por desconocimiento, porque cada vez vienen más personas de fuera u otras muchas causas se está diluyendo . Así hay platos típicos que se han guisado siempre en los fogones de las cocinas de las casas y que al no llegar al mundo de la hostelería se está perdiendo. Es el caso de la tradicional sopa de caldereta de pavo , un plato típico de la navidad nazarena que se tomaba en la mayoría de los hogares en el siglo pasado y que, actualmente, continúa en pocas casas. La familia Muñoz Jiménez mantiene esta tradición de antaño. Juanita Jiménez , tiene 93 años , y recuerda que esta sopa era la estrella del menú navideño. Ella se ha encargado que sus hijos Juan María y Fátima aprendan la receta y conserven este legado. «Recuerdo cuando nos traía el pavo Manolito de Claravox, que los criaba él mismo, eran de corral. Y ya venía pelado, limpio y todo para empezar a guisarlo», comenta Juanita, que está en la cocina de su casa con sus hijos explicando a ABC la receta. Es curioso porque como cuenta Juan María «la sopa de caldereta de pavo se hace después de haber comido el pavo en Nochebuena , vamos a decir que se guarda un poco y es la base de esta aunque después se añaden más ingredientes». Como su nombre indica, el pavo es el elemento principal con sus higaditos. Para el sofrito se necesita cebolla, tomate, pimiento verde, pimiento rojo y zanahoria. También, una cabeza de ajo pero que se hace de una forma particular. Juanita explica que hay que « asarla, al fuego, y darle vueltas hasta que esté negra». Vino, harina, sal, aceite de oliva, ñoras, pimentón, huevo duro, pan del día anterior y taquitos de jamón completan la lista. Como primer paso se salpimenta el pavo, se enharina «y se echa en un recipiente con aceite para sellarlo y se retira», cuenta Juan María. Su hermana Fátima apunta que para el sofrito se corta todo muy «picadito» y se echa en el aceite y el jugo del que se ha retirado el pavo. El sofrito se bate y vuelve al fuego para poner encima el pavo. Mientras tanto, en un mortero y a mano se majan los ajos pelados y se mezclan con vino y pimentón y se echa la mezcla sobre la carne, junto a la ñora. Juan María señala que las ñoras las echa en agua tibia y allí permanecen unas ocho horas para que salga bien la carne. Y una vez dados estos pasos se cubre todo con caldo de puchero que se ha hecho previamente. «Pero con caldo de puchero hecho en casa y con sus buenos avios, no de ninguna marca ni con paquetes preparados», matiza Juanita quien señala como a su marido Curro le encantaba el puchero y esta sopa y siempre en su casa había una olla con caldo casero. En Nochebuena, se come el pavo y en Navidad, en el caldo se echa el pan cortado finito, con huevo duro y taquitos de jamón y la sopa está lista. En la cocina de Juanita huele que alimenta y la olla está preparada para empezar a cocinar este guiso que ella y sus hijos describen como laborioso , porque el proceso es muy lento, pero no difícil. El toque que le dan tanto Juanita como sus hijos, con algún secretillo en la fórmula de hacerlo – uno nos lo susurran y es que no debe llevar agua, sólo caldo-, es especial y todo el que ha probado la sopa lo corrobora. En ocasiones, le han pedido a Juan María que haga para 60 ó 70 personas y todos salen encantados y satisfechos. Referente a por qué ningún restaurante ha incluido este plato en sus cartas Juan María supone que es porque su consumición debe ser inmediata ya que si no se hace una pasta y habría que añadir más caldo y más caldo. Y con su arte natural, Juanita asegura que no es un plato caro ya que se come el pavo en salsa, luego la sopa de caldereta y con lo que sobre «se hacen croquetas que salen riquísimas». No son muchas las familias que mantienen este legado. Así, un primo de Juanita, Manuel Moreno Pérez también continúa con esta tradición de tomar la sopa de caldereta de pavo en Navidad. Hace años, Antonio Fernández Moguer, - apodado 'El moñi'- era voluntario en la sección de montaje de la Asociación Nazarena Pro-Cabalgata de Reyes Magos 'Estrella de la Ilusión' homenajeaba a sus compañeros con esta sopa típica y todo el que la probaba sólo tenía halagos para ella. Hoy tiene 92 años y hace algún tiempo que dejó de hacerla para este equipo aunque muchos la recuerdan. Rosario Jurado Varela , Rosario 'La colorá' (q.e.p.d.) también hacía esta sopa para Nochebuena y ahora es su nieto Juanma el que ha seguido sus pasos y la prepara. Pero no sólo para su casa sino que la reparte entre sus primos con el fin de que ese sabor de la abuela siga presente y vivo no sólo en sus corazones sino también en sus paladares.
