La falta de candidatos en la izquierda refuerza a Yolanda Díaz como "descarte"
Ese amplio y heterogéneo espacio que hay a la izquierda del PSOE ya se ha puesto en marcha para trabajar en una candidatura conjunta de cara a las elecciones generales, se celebren cuando se celebren. Los distintos partidos que componen Sumar ahora mismo (el propio Movimiento Sumar, Izquierda Unida, los comunes y Más Madrid) ya están realizando reuniones para establecer las bases que marcarán la hoja de ruta de esa futura alianza, que ya se da por hecha. Sin embargo, una de las principales incógnitas sigue siendo la de quién dará el paso al frente para encabezar esa lista.
Fuentes del espacio comentan que prácticamente todos sus integrantes dan por hecho que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, sigue con la intención de liderar esta coalición en las próximas elecciones. Ella, sin embargo, todavía no ha dado el paso de confirmar esta pretensión y hay varias formaciones de la coalición que no creen que Díaz sea la mejor apuesta para obtener los mejores resultados electorales e intentar reeditar un Gobierno de coalición y progresista.
Por un lado, porque no ha conseguido mantener la cohesión del espacio ni tampoco mantener el liderazgo orgánico de Movimiento Sumar. Por otro, porque consideran que es una figura política ya desgastada, que genera tensiones con otros actores necesarios como Podemos, y que la izquierda necesita nuevos rostros para un momento en el que va a ser más necesario que nunca movilizar al electorado. Ni siquiera el PSOE quiere que la vicepresidenta siga al frente y desde Moncloa aprovechan algunas oportunidades que tienen para desgastarla.
Pero el problema que se están encontrando ahora estos críticos con la vicepresidenta segunda es que no están surgiendo otros nombres con fuerza que estén llamados a ocupar ese espacio. Aunque todavía quedan muchas incógnitas por despejar, las fuentes explican que todavía no se puede dar a Díaz por amortizada y que cobra enteros la posibilidad de que Díaz acabe siendo una especie de candidata por descarte, porque no haya nadie mejor que presentar a los comicios.
A principios de noviembre, el líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/espana/pisa-aceleron-buscar-candidato-alternativo-yolanda-diaz-irene-montero_202511106910c0dfde224c6cdd426bec.html|||pidió «acelerar» el proceso para crear lo que en su formación denominan «un frente amplio»]] en la izquierda. Aunque aseguraba que no creía que se fuera a producir un adelanto electoral, su objetivo era echar a andar el proyecto para que la maquinaria estuviera perfectamente engrasara cuando tocara. Ahora, según El Confidencial, las formaciones de Sumar ya han llegado a un acuerdo para confluir, de momento sin Podemos, y en enero o febrero se harán algunos anuncios.
Uno de los nombres que siempre ha estado encima de la mesa para liderar ese espacio es el del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy. Es un valor al alza gracias a su labor al frente del Ministerio, no ha sufrido tanto desgaste como otras figuras y podría contar con el beneplácito de Movimiento Sumar, Izquierda Unida o los comunes. Pero su candidatura tiene un problema: que él no quiere y lo ha dicho en varias ocasiones ya.
También se especuló con Maíllo, que en los últimos meses había incrementado mucho su presencia en los medios de comunicación, pero acabó dando el paso para presentarse en Andalucía. Y se habló del líder de Comisiones Obreras, Unai Sordo, quien también se acabó descartando porque acaba de ser reelegido al frente del sindicato y pretende concluir ahí su mandato.
Aunque algo menos realista, el nombre de Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, también aparece mucho cuando se habla de alguien que lidere ese espacio a la izquierda del PSOE. Él, de hecho, ya figura en el CIS como mejor valorado que Yolanda Díaz (en respuesta espontánea; es decir, que la gente le menciona sin tener una lista de opciones) y llegó a plantear la posibilidad de una especie de gran coalición de todos los partidos de izquierdas, incluyendo los nacionalistas e independentistas como ERC o Bildu. Pero ese globo sonda no fue bien acogido entre los distintos partidos que formarían parte de esa hipotética coalición.
Las distintas fuentes consultadas coinciden que lo más probable es que tenga que surgir un nombre nuevo para insuflar al proyecto energías renovadas y poder romper con los malos resultados que se habían estado cosechando hasta las elecciones de Extremadura. También recuerdan que, si no hay un acuerdo entre todas las formaciones, hay partidos como Izquierda Unida que exigen que ese liderazgo se someta a primarias, por lo que se podría dar una situación que implique que cada partido presente a sus candidatos.
Tampoco queda claro qué va a pasar con Podemos. Los morados han establecido un veto a Movimiento Sumar y «no quieren nada que huela a Yolanda Díaz», explica una fuente de Sumar. La división es tan grande y tan profunda, rozando lo personal, que prácticamente aleja la posibilidad de cualquier acuerdo. Podemos está intentando forzar a Izquierda Unida a elegir «entre papá y mamá», pero es algo que los de Maíllo no quieren hacer. Que Díaz no sea la candidata allanaría el camino.