Pasteleo infame en Getafe
Todavía más patético y cutre fue que los forofos azulgranas se quejaran del césped alto o sin regar, de la especial motivación de Aleñá -como si fuera un traidor por emplearse con el Getafe tras haber jugado en el Barça- o de los metros que ganaba el Getafe para chutar las faltas. Todo degradante, todo impresentable. Yo puedo entender que el Barça haya dado por extinguida la temporada, pero el papelón de ests domingo fue de club que no merece otro destino que el que padece.
Lo de Ferran Torres con el gol continúa siendo un chiste, y de los que crean furor. Terrible primera parte, como si estuviera apañada con los locales para no ponerles en riesgo el punto que necesitaban para asegurarse la permanencia. Por cierto que lo de Riqui Puig fue tan poco halagüeño como su alineación vaticinaba. Pobrísima actuación, este chico hasta gratis nos saldría caro.
La segunda parte empezó tan barata como terminó la primera, tan insultante para el fútbol, tan humillante para unos jugadores que cobran lo que cobran, y me refiero a los del Barça. Que el Getafe se arrastrara -que se arrastró- sin aliento y sin ideas, casi sin dignidad, forma parte de su escaso presupuesto y su insignificancia competitiva. Pero que un equipo -y un club- como el Barça, diera aquella imagen, rebosaba lo deportivo para entrar en lo delictivo, en el apartado concreto de la estafa. Alguien tendría que asumir algún tipo de responsabilidad por tan penosa pantomima.
Ansu Fati entró por Aubameyang y la sensación de pasteleo continuó cayendo sobre la noche. Nadie atacaba nada. Memphis pidió el cambio aduciendo dolor abdominal pero yo creo que fue por vergüenza torera. Es normal. Nadie con un mínimo de decencia podría estar a gusto participando de aquel infumable espectáculo. Lo sustituyó Luuk de Jong, esa rendición de Xavi.