Escándalo en Brasil: presidente de Flamengo denunciado por comentario machista contra reconocida periodista
El fútbol de Brasil se ha visto sacudido por una grave denuncia judicial. El presidente del Flamengo, Luiz Eduardo Baptista, conocido popularmente como “Bap”, se encuentra en el ojo del huracán tras ser denunciado ante el Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD) por declaraciones consideradas machistas, sexistas y discriminatorias.
La víctima de estos ataques verbales es la periodista de TV Globo, Renata Mendonça, una de las voces más respetadas de la cobertura deportiva en Brasil.
El detonante de la crisis ocurrió el pasado 23 de diciembre, en un escenario que debía ser estrictamente profesional: la presentación de los resultados financieros del club para la temporada 2025.
Lejos de limitarse a los números, Baptista arremetió contra Mendonça refiriéndose a ella de forma despectiva como la “nariguda de Globo”.
Según el presidente de Flamengo, la periodista “se la pasa hablando mal” del equipo, vinculando sus críticas profesionales a una supuesta represalia por la falta de inversión de la cadena televisiva en los derechos de transmisión del equipo.
La respuesta legal no se hizo esperar. La Unión Brasileña de Mujeres (UBM), con el respaldo de un equipo jurídico especializado, elevó una representación formal ante la Procuraduría deportiva.
El documento sostiene que las palabras de Baptista no solo representan un ataque personal, sino que violan principios constitucionales y tratados internacionales de protección a la mujer.
Además, el dirigente habría infringido el artículo 243-G del Código Brasileño de Justicia Deportiva, que establece sanciones severas para actos de naturaleza discriminatoria o prejuiciosa.
“Castigar el machismo es un acto de justicia”, sentenció Vanja Andréa Reis dos Santos, presidenta de la UBM, quien subrayó que este tipo de conductas por parte de figuras públicas contribuyen a la “naturalización de la violencia de género” que hoy golpea a Brasil.
Mientras el STJD evalúa la apertura del procedimiento y las posibles sanciones —que podrían ir desde multas económicas hasta la suspensión del cargo—, el mundo del deporte aguarda una señal clara contra la intolerancia en las altas esferas del fútbol.