La muerte del Papa Francisco , una figura histórica cuya voz trascendió lo religioso para imprimir una huella profunda en la vida pública internacional como referente moral, se convirtió en uno de los acontecimientos más sentidos del año. Con la marcha de Mario Vargas Llosa , uno de los grandes narradores contemporáneos y premio Nobel de Literatura , se cerró una etapa de las letras en español, pues su pensamiento crítico y su voz acompañaron durante décadas los debates culturales y políticos de Iberoamérica. El cine de Hollywood despidió a una leyenda, Robert Redford , actor de brillante filmografía y director emblemático que, como fundador del Festival de Sundance, se convirtió en figura clave del auge del cine independiente. Y la escena en español, al maestro argentino Héctor Alterio , que nos dejó un impresionante legado artístico que continúa con sus hijos, Ernesto y Maleta . Además, 'si Dios creó a la mujer', nos la ha arrebatado, pero ya convertida en mito: el adiós a Brigitte Bardot duele porque nunca vimos 'sex symbol' más libre , su voz unida a la de Serge Gainsbourg o para defender las causas más diversas. También se marchó Gene Hackman , uno de los actores más poderosos de su generación, así como el cineasra David Lynch , alquimista del surrealismo cinematográfico y televisivo, cuya estética redefinió la narrativa audiovisual moderna con títulos como 'Twin Peaks' o 'Terciopelo azul'. Fallecieron también Diane Keaton , icono absoluto de Hollywood gracias a su colaboración con Woody Allen y su presencia en la saga 'El padrino'; Val Kilmer , recordado por su magnetismo en pantalla; Richard Chamberlain , pionero de las grandes miniseries televisivas e inolvidable 'pájaro espino'; Claudia Cardinale , símbolo del cine europeo, musa de Fellini y Visconti entre otros maestros italianos que le abrieron las puertas de Hollywood; Joan Plowright , dama legendaria del teatro británico; Jerry Adler , presencia habitual en series de calidad como 'Los Soprano'; y Polly Holliday , actriz muy querida del entretenimiento americano. Cada uno dejó una impronta distinta en la historia del espectáculo , desde la sofisticación dramática hasta la cultura popular televisiva. Hollywood ha seguido con espanto el reciente asesinato de Rob Reiner y su esposa. El creador de la inolvidable 'La princesa prometida' murió acuchillado en su mansión a manos de su hijo Nick , provocando un terremoto informativo alentado por Donald Trump . La música vivió un año especialmente duro , marcado por la desaparición de nombres cuya influencia marcó a distintas generaciones. Murió Ozzy Osbourne , fundador de Black Sabbath y figura esencial del heavy metal; también Brian Wilson , genio musical de The Beach Boys, la banda que nos hizo surfear al ritmo de las mejores vibraciones; Roberta Flack , voz eterna del soul que convirtió 'Killing me softly' en un clásico; D'Angelo , renovador del R&B; Ace Frehley , histórico guitarrista de Kiss, una de las bandas más lehendarias e influyentes del rock; Sly Stone , creador del funk psicodélico; Wayne Lewis , del grupo Atlantic Starr; y Leo Dan , una de las voces más queridas de la canción romántica latinoamericana. Y despedimos a Chris Rea , un talento capaz de fusionar el pop, el rock, el jazz y el soul, entre la tradición irlandesa y la italiana, con su voz rota. La música caribeña despidió al legendario Rafael Ithier , fundador de El Gran Combo de Puerto Rico, pilar de la salsa desde mediados del siglo XX. La generación más joven también lamentó la muerte de Camryn Magness , cuyo talento precoz prometía una carrera más larga. Entre las pérdidas del mundo creativo destacaron también la muerte del diseñador Giorgio Armani , símbolo universal de la elegancia minimalista cuya marca transformó la industria de la moda, y la del arquitecto Frank Gehry , autor de obras icónicas que cambiaron el paisaje de ciudades como Los Ángeles o Bilbao, cuya transformación urbana llegó con el majestuoso Museo Guggenheim. Ambas desapariciones simbolizaron el fin de dos visiones artísticas que definieron la modernidad en sus respectivos campos. En el ámbito literario internacional falleció también Sophie Kinsella , autora superventas cuya saga 'Loca por las compras' llevó la comedia romántica contemporánea a millones de lectores. Su muerte se sumó a un año que llevó al público a recordar el valor cultural de géneros a menudo subestimados. Del lado de la cultura popular más diversa, murieron también Loni Anderson , ícono televisivo; Danielle Spencer , recordada por una generación de espectadores; Malcolm-Jamal Warner , cuya carrera se extendió desde la televisión familiar hasta papeles dramáticos; y Hulk Hogan , quizás la figura más reconocible de la lucha libre, símbolo de la cultura pop de los años ochenta y noventa. La música cinematográfica perdió además al maestro Lalo Schifrin , compositor de la inolvidable melodía de la serie 'Misión imposible' y de innumerables bandas sonoras.. La realeza internacional también vivió pérdidas significativas. Falleció Katharine , Duquesa de Kent , conocida por su labor social y su cercanía ; y murió también la Reina Madre Sirikit de Tailandia , figura central para la identidad cultural del país y símbolo de una época de modernización y tradición entrelazadas. Ambas muertes resonaron más allá de sus fronteras, recordando la persistencia del peso simbólico de las casas reales en el imaginario colectivo. En España, 2025 también fue un año de despedidas profundas. El fallecimiento de Robe Iniesta , alma de Extremoduro, marcó al rock español como pocas pérdidas recientes: su voz, sus letras y su personalidad definieron una sensibilidad que marcó a varias generaciones. Poco después murió Jorge Martínez , líder de Ilegales, figura indispensable de la música rebelde y del rock más crudo y provocador. El cine español lamentó la muerte de Verónica Echegui , actriz en plena madurez artística, cuya desaparición dejó un vacío en la pantalla y en la generación de intérpretes más prometedora del país. Y hace unas semanas nos dejó Adolfo Fernández , un rostro popular gracias a serie como 'Policías' y 'Águila roja.' También fallecieron nombres que han sido pilares de la escena cultural española: Eusebio Poncela , figura imprescindible del cine de autor, en el que destaca la genial 'Arrebato', y del teatro contemporáneo; Juan Margallo , referente absoluto del teatro independiente; Pablo Guerrero , cantautor y poeta de universo íntimo; y Fernando Lázaro Fernández , periodista cuya labor investigadora marcó el oficio. El año 2025 conforma un mosaico que demuestra cómo la cultura contemporánea —con sus miedos, sus deseos, su música, sus imágenes, sus historias— ha sido moldeada por voces que ahora resuenan como ecos. Su huella seguirá presente en libros, canciones, películas, escenarios, museos, alegrías y memorias personales.
