Qué es el ‘chemsex’ y qué riesgos supone para la salud de quienes ejercen esta práctica

El chemsex es una práctica en la que se consumen drogas de forma intencionada con el fin de tener relaciones sexuales sin apenas descanso durante un largo periodo de tiempo, que puede ser desde horas hasta días, y puede tener riesgos para la salud, físicos y psicológicos, según las autoridades sanitarias.

Esta práctica se da fundamentalmente entre hombres, aunque ya se ha extendido también a otros grupos de la población, y se puede llevar a cabo de diferentes formas:

• En solitario. Por ejemplo, viendo porno o interaccionando con otros usuarios a través de internet.

• En grupo. El chemsex, por lo general, se realiza de uno a uno (ya sea con una pareja sexual ocasional o estable), en tríos o en grupos de varias personas.

Dónde se realiza.  El chemsex puede desarrollarse tanto en fiestas sexuales en casas privadas como en locales comerciales de sexo (saunas, pisos de alquiler o clubs) y en zonas de cruising o encuentros sexuales al aire libre.

• En España, este fenómeno está principalmente extendido en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga y en aquellos destinos de turismo LGTBI.

• Un dato. Un informe publicado por el Instituto de Adicciones de la Ciudad de Madrid en 2023, pone de manifiesto que el número de personas con adicciones que practican chemsex atendidas en centros sanitarios de la capital aumentó un 602% entre 2017 y 2021.

Tipos de drogas que se utilizan. En las sesiones de chemsex es muy habitual combinar el consumo de varios tipos de drogas. Algunas de las más utilizadas son la anfetamina y metanfetamina, cocaína, poppers, ketamina, speed, éxtasis/MDMA y fármacos para favorecer la erección. 

Riesgos del chemsex. Según el Ministerio de Sanidad, esta práctica puede dar lugar a sobredosis, suicidios y agresiones sexuales, además de tener un fuerte impacto en la salud y bienestar sexual de quien la ejerce:

• Practicar sexo sin protección durante horas puede producir irritación o heridas en el ano, mucosa intestinal o pene, aumentando así las probabilidades de transmisión del VIH o de cualquier otra enfermedad de transmisión sexual (ITS).

• Por otro lado, el chemsex también puede dar lugar a drogadicción y trastornos físicos derivados. Además, puede provocar afecciones en la salud mental como sentimientos de culpa o baja autoestima, y problemas sociales (rechazo, exclusión, segmentación de la red social o aislamiento.