Pago de las deudas o el cuento de la buena pipa
LA HABANA, Cuba. – El Gobierno cubano dejó de pagar al Club de París desde 2019. Fidel Castro advirtió en 1986 que la deuda era impagable; mientras, su sucesor Raúl Castro aseguró que honraría los pagos, pero no precisó cuándo. Por tanto, el gobierno de continuidad sigue con el cuento de la buena pipa.
Una representación del grupo ad hoc del Club de París, encabezada por su copresidente, William Ross, y su secretario, Fabien Bertho, no visitó La Habana para lograr el pago inmediato de la deuda, que sabe imposible, sino para procurar información oficial sobre la situación económica cercana a la realidad, que el Gobierno cubano usualmente oculta; así como para conocer los programas para la solución de la crisis económica, financiera y general a la luz de los compromisos con Rusia, y las apreciaciones de los empresarios sobre los impagos.
Ricardo Cabrisas, viceprimer ministro y ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, sostuvo las conversaciones con los representantes del Club de París los días 30 y 31 de agosto, cuando justificó los impagos por el “bloqueo”, según él principal obstáculo que lastra el sector económico. El usual negociador de las deudas y solicitante de donativos argumentó que Cuba tenía una estrategia para la recuperación económica, pero que su cumplimiento estaba ralentizado por no contar con fuentes de financiamiento de instituciones internacionales.
Eso sucede desde hace décadas. Por supuesto, Cabrisas no se refirió a la incompetencia gubernamental. Lo sorprendente para los cubanos fue escuchar por la televisión nacional que “tenemos cientos de acreedores con muchos de los cuales están paralizadas las líneas de crédito por los atrasos en los pagos”. El titular expresó que se confiere especial atención al Club de París y reiteró la voluntad de honrar los compromisos “siempre en condiciones que sean realmente cumplibles por la parte cubana”.
Al Club de París se presentaron propuestas en junio de 2022 y febrero de 2023 para el reordenamiento de la deuda, según los medios oficiales cubanos.
Por su parte, William Ross expresó que había viajado para recopilar información cualitativa. Los acreedores están dispuestos a comprender las dificultades y hallar la manera en que Cuba pueda honrar sus compromisos, con un nuevo calendario de pago. El visitante manifestó la comprensión del presidente del grupo sobre las dificultades de Cuba y la disposición a establecer un nuevo calendario para el cumplimiento de los pagos.
Cómo y cuándo se pagarán las deudas es imprevisible. Los cubanos hambrientos y enfermos de hoy, y sus descendientes desnutridos están condenados de por vida. Las fallidas medidas económicas y las legislaciones de la Revolución auguran un presente miserable y gran represión. La reforma económica y las inversiones de Rusia crearán una dependencia retrógrada y ominosa. Mientras no se produzca no se podrá exportar, pero cómo adquirir las materias primas, las maquinarias y las piezas de repuesto para las obsoletas industrias y la agricultura. Las esperanzas están en las nuevas formas, o sea los emprendimientos privados, las remesas, las inversiones extranjeras y los cubanos que han hecho la “travesía” durante varias generaciones.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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