Vacunación contra sarampión está rezagada: apenas se ha colocado mitad de las dosis
Pese a los esfuerzos por proteger con una dosis adicional contra el sarampión a los menores de diez años en todo el país, apenas un 55% de la población meta ha sido vacunada casi un mes después de que se iniciara esta campaña nacional.
Las autoridades de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), junto con el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), recordaron a los padres su obligación de vacunar a sus hijos para evitar caer en negligencia y abandono.
De acuerdo con datos de la CCSS, se han colocado 310.988 dosis de refuerzo al viernes 19 de abril. La cobertura es de apenas un 55% de más de medio millón de niños y niñas entre los 15 meses de edad y menos de 10 años. El país invirtió más de $2,1 millones en comprar las 560.000 dosis de la vacuna de sarampión, rubéola y paperas.
La presidenta ejecutiva de la CCSS, Marta Eugenia Esquivel, reconoció la baja cobertura y llamó a nivel nacional para lograr administrar las 252.027 vacunas restantes.
Los padres que se resistan a vacunar a sus hijos contra sarampión, rubéola y paperas podrían incurrir en negligencia o descuido, lo que implica negar a los menores de edad alimentación, vestimenta, higiene, protección, salud y cuidados médicos.
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El llamado se lanzó en plena semana de la vacunación de las Américas, que se inició el sábado y finalizará el 27 de abril. El Patronato reiteró su facultad legal para intervenir y garantizar la salud de niños, niñas y adolescentes cuando los padres o encargados no cumplen con su responsabilidad de velar por la protección de la salud de sus hijos.
Desde el 1.° de abril, personal de salud programa visitas a centros educativos públicos y privados como parte de esta jornada de vacunación que, de ser necesario, se prolongará hasta junio, informó el Ministerio de Salud. También se han abierto puestos de vacunación en centros comerciales con el fin de facilitar el acceso a la vacuna.
Sarampión es muy contagioso
El sarampión, la rubéola y las paperas son enfermedades causadas por virus muy contagiosos, más que influenza y covid. Las tres se transmiten fácilmente al toser, estornudar o hablar.
En Costa Rica, el esquema básico de vacunación es obligatorio por tratarse de enfermedades que pueden causar complicaciones graves como encefalitis (inflamación en el cerebro), otitis (infección en el oído), neumonía (infección en los pulmones), diarreas severas, alteración en la coagulación de la sangre, esterilidad, ceguera y muerte.
“No estamos avanzando a la velocidad que pretendemos porque han surgido dudas de los padres. (...) Hemos perdido un poco la confianza. No podemos dejar que estas dudas en la información sean las que eviten que les demos bienestar a nuestros hijos”, reconoció Mary Munive, ministra de Salud.
Las campañas extraordinarias contra sarampión se realizan aproximadamente cada cinco años. En Costa Rica, la última se dio entre diciembre de 2018 y febrero de 2019 y cubrió los mismos grupos de edad, en los que la enfermedad puede ser más agresiva. En ese entonces se llegó al 96% de la población meta.
Este año, la iniciativa surgió luego de que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtiera de que las bajas coberturas de vacunación que hay en el continente americano propiciaron un aumento en la cantidad de casos y generan riesgo de nuevos brotes.
El sarampión no es un virus cualquiera. Aunque la mayoría de los enfermos presentan síntomas leves, puede ser mortal, especialmente para la población menor a dos años. Es el virus más contagioso. Una sola persona podría infectar hasta a 18 individuos sin vacunar.
Una de las mayores secuelas de la enfermedad es la “amnesia inmunitaria”. Estudios publicados en 2019 indican que el sarampión “borra” los anticuerpos que el cuerpo desarrolló contra enfermedades infecciosas (ya fuera por vacunas o porque la persona ya estuvo expuesta a esta enfermedad), lo que haría posible que se enfermara otra vez.
La baja cobertura de esta vacuna y la aparición de un caso autóctono de sarampión a mediados de enero en San Rafael de Heredia, obligó al Ministerio de Salud y a la Caja a organizar esta campaña con el objetivo de vacunar a más niños y evitar el riesgo de contagio de sarampión.