Bienvenidos al gratis total
Segunda remesa de sondeos de intención de voto —entre ellas la de GAD3 para ABC— y al PP de Feijóo le siguen saliendo las cuentas, aunque los márgenes se estrechan. No está todo hecho para el centro-derecha, por si acaso algún confiado vivía en esa ensoñación.
Ese 4% de valientes que se aferra a Vox y Ciudadanos haría bien en repensarse muy mucho qué papeleta va a escoger finalmente, porque el 5-A se va a dirimir en unas pocas décimas. Y con la tendencia que lleva, no descarten que el BNG aproveche el estancamiento de un PSOE que con Gonzalo Caballero gasta mucho en publicidad en periódicos —a pesar de que todavía no ha arrancado el periodo legal para pedir el voto— pero que no despega como debiera. ¿El candidato suma o resta? ¿O acaso no sopla todo el viento a favor desde Moncloa que debiera?
Por su parte, el Gobierno va a ayudar abriendo la cárcel para que La Sexta entreviste al narco Marcial Dorado y hable largo y tendido sobre su relación hace 30 años con Feijóo. Y se emitirá a cuatro días de iniciar la campaña. No es casualidad, no crean en ellas cuando se trata de la izquierda y de sus terminales mediáticos.
Y quizás porque los sondeos no chutan lo que se esperaba de ellos —ya ni siquiera Sigma Dos mantiene el pronóstico de aquella encuesta fantasma de la que Caballero aireó la puntita— hemos entrado en la tómbola de las promesas electorales, siempre con cargo al erario público, claro está.
El PSdeG ha abierto la rifa con un gratis total en guarderías de 0-3 años, la primera matrícula de la universidad, los libros de texto, y todo con independencia del salario que se tenga, porque un diputado socialista también merece que todo le salga a coste cero. Lo que no ha explicado el candidato es qué política fiscal va a aplicar para abonar la factura, qué rentas van a sufrir el estacazo, si volveremos a pagar Patrimonio, Sucesiones y Donaciones en Galicia y demás medidas recaudatorias. Y por decir, también tiene pendiente explicarle a la opinión pública si reclamará los 370 millones que el Gobierno adeuda a la Xunta. O sea, cuentas y no cuentos.