Se temía que la Reina Isabel II se contagiase después de haber estado con el Príncipe Carlos dos días antes de dar positivo en coronavirus. Llevaba días supervisada de cerca y se pensaba que se había librado al comenzar de nuevo esta semana con algunas citas oficiales, pero nada más lejos de la realidad. Los peores pronósticos se confirmaban ayer. El Palacio de Buckingham emitía un comunicado oficial anunciando el contagio de la Monarca. «Está experimentando síntomas leves similares a los de un resfriado, pero espera continuar con tareas ligeras durante la próxima semana», se puede leer. La mañana de ayer incluso envió un mensaje personal a los equipos ganadores de los Juegos Olímpicos de Invierno para felicitarles.
Aunque su estado de salud no reviste gravedad, al menos por el momento, su contagio es preocupante por su avanzada edad, camino de los 96 años. Los próximos días son clave para ver cómo evoluciona la Monarca, pero no se espera que ofrezcan actualizaciones constantes de su salud. Mantendrán los detalles en privado, como suelen hacer. Juega a su favor, además de que es una mujer muy fuerte, que ha recibido tres dosis de la vacuna.
Ya dio síntomas de que algo no iba bien esta misma semana durante una audiencia en Windsor. «Como pueden ver no me puedo mover», dijo mientras se apoyaba en su bastón para mantenerse en pie. Era la primera vez en sus 70 años de reinado, que acaba de celebrar, que reconocía cierto agotamiento y debilidad. En ese momento seguramente ya estuviese experimentando cierto cansancio por el coronavirus que se ha instalado en Palacio con un brote entre los más allegados a la Monarca, como así han reconocido fuentes de Palacio a medios locales.
En buenas manos
Estará aislada en el Castillo de Windsor, vigilada en todo momento por su gran amigo y médico personal, el profesor Sir Huw Thomas. Lleva años sirviendo a la Familia Real británica. Estuvo al mando del parto de la Duquesa de Cambridge en 2018, cuando dio a luz a su primogénito. También fue quien certificó el triste fallecimiento del Duque de Edimburgo en abril del pasado año como jefe de la Casa Médica que es. Aunque su verdadera oportunidad tuvo lugar en 2014 cuando fue nombrado médico personal de la Monarca. Desde entonces vela las 24 horas de su salud junto al resto del equipo médico.
La Reina le debe mucho. De ahí que en 2021 le condecorase en una ceremonia de investidura que tuvo lugar en el castillo de Windsor. Siempre discreto y cauto con los medios de comunicación, en parte por el puesto que ocupa, Huw Thomas, especialista en gastroenterología, declaró ese año que para él es «un honor ser el médico de la Reina», aunque, a su parecer, «es una paciente como cualquier otra».
