La lluvia trunca por segundo día seguido la posibilidad de que salgan procesiones en Granada
El día comenzó nublado y en torno a las doce arrancó a llover. No de forma brusca, era una lluvia mansa, de esa que agradecen los campos. Los cofrades empezaron a mirar al cielo y torcían el gesto, aunque, como dijo uno, la procesión no es lo importante sino trabajar todos los días del año por la hermandad a la que se pertenece. Y si encima el agua es tan necesaria, el consuelo resultaba más fácil. Ya por la tarde, las anulaciones se fueron sucediendo, algo previsible porque continuaba cayendo agua. Ni sirimiri ni tromba, una cosa entre lo uno y lo otro. Las cofradías fueron renunciando en el mismo orden en el que tenían previsto salir. Primero Trabajo y Luz, a las cuatro de la tarde, avisó de que no era posible salir y eso provocó los primeros llantos en la iglesia del Corpus Christi, en el Zaidín. Una hora después se repitió la misma imagen en el Convento de las Comendadoras, en el barrio del Realejo. Más tarde tomaron idéntica decisión Los Dolores y El Rescate, y el suspense se mantuvo hasta casi las ocho de la tarde porque la Hermandad de San Agustín, la que salía en último lugar, aguantó en vista de que durante un rato clareó. Pero finalmente también desistió. Como las demás, realizó estación de penitencia pero no como les habría gustado sino bajo techo. En todos los casos, en los templos se realizaron diversos actos litúrgicos que fueron seguidos con resignación, pero también con recogimiento, por los numerosos fieles que se habían congregado. Lentamente, los encargados de portar los pasos, las mantilleras y las bandas de música de acompañamiento se fueron marchando.