La lluvia y el sueño no enfrían a Unicaja en su celebración: «A por la liga»
Visten de verde esperanza por las canchas de España y media Europa, desatando una euforia entre una afición que canta el himno creado por Pablo López hasta perder la voz. Es verdad eso de «siempre te llevo conmigo, siempre seré tu bandera» . Unicaja no está solo mientras haya un malagueño con hilo de aliento y fuerzas para levantar la bufanda. Sea la hora que sea, llueva, truene o caigan chozos de punta. La afición cajista siempre está con la esperanza de ver a su ídolos, a eses plantel que los ha llevado a un título europeo en Belgrado. Campeones de la Basketball Champions League. Un honor que hay que celebrar desde el último pitido de la final. Y eso se ha hecho antes de volver al trabajo. El equipo viaja entre semana a Tenerife y el fin de semana, el domingo, la gran fiesta del Carpena. El apoteosis, al entrega del título a la afición en Los Guindos, donde los esos relojes modernos se volverán locos avisando del ruido extremo en el pabellón. «Sueña el Carpena» , dice ese himno al que Dylan Osetkowski añadió: «A por la liga». El jugador al que Málaga canta «Dylan quédate» sabiendo que hay ofertas de grandes equipos que lo tientan puso el reto. Si se va, quiere hacerlo con un título de la ACB vestido de verde, con la misma determinación con la defiende sin amilanarse, con la que enfoca desde la línea de tres. Es un pilar y cuando la afición pedía que se quedara, desde un hueco del balcón del Ayuntamiento el entrenador, Ibon Navarro, arengaba a la masa. No ocultaba su deseo detenerlo en la plantilla. Es un jugador fundamental en su esquema, que puede estar jugando sus últimos partido, pero que ayer brindó amor a la ciudad: «Os amo. Os quiero mucho» . La fiesta comenzó en Belgrado tras tumbar al Lenovo Tenerife con Perry espectacular al que gritan MVP por la calles de Málaga . Se trajo el trofeo al jugador mas valioso. Es uno de los ídolos. Por su forma de ser, de jugar, por el diablo que lleva dentro cuando pisa la cancha. Perry llevaba su trofeo particular a la vez que era el objeto de deseo de todos para una simple foto junto al crack de las rastas. Su actuación en Belgrado levantó de la silla a Juanma Moreno, presidente andaluz, a Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, y a Francisco Salado, presidente de la Diputación, que estuvieron allí para apoyar al equipo. Eran parte de un destacamento de malagueños que cruzó Europa para brindar aliento y que celebró la proeza en la cancha, en la grada, en el vestuario y hasta en el avión de regreso. Prohibido dormir. Llegada a la sede de Unicaja bajo la lluvia F. Silva Un avión que aterrizó a las cinco de la madrugada. Salieron por la terminal los jugadores y estalló la locura. La afición ya estaba esperando. Sin horas y sin descanso. «No estarás solo Unicaja si yo estoy aquí» , canta la grada siempre en la malas y en las buenas. Y si están en las malas, en los reveses y en las temporadas eternas, en las que el recuerdo de Berni y Cabezas es un mito como el de los héroes griego, en ésta temporada en la que se están relamiendo de una Copa de Rey el año pasado y saben que vienen un título europeo a casa, no podían faltar. Por eso, esperaron entre fiestas a la llegada y cuando aparecieron se desató la locura. La charanga, que siempre tiene una nota mas que tocar para animar, hizo lo propio y las bufandas estallaron al viento. Unicaja estaba en casa, en plena madrugada, pero nunca solos. Era tarde, pero la dicha cierta. Málaga tenía ya en casa a sus campeones y a esa copa a la que todos acariciaban con mimo extremo. Al día siguiente, ayer, era el momento de estar en las calles de Málaga. A las 18.00 horas era la hora indicada para comenzar la celebración. Desde el Martín Carpena comenzaba el carrusel y Málaga pidió más . La primera parada era la sede de Unicaja. Nada es posible sin el apoyo del banco y de la fundación. A ellos se le agradecen que apueste por este deporte que enloquece a los malagueño, que hace los pequeños que tiran a canasta sueñen con jugar el equipo de su provincia. Bajo una manta de agua cantaban decenas de aficionados MVP y un himno que se repetía en bucle, como si el aliento tuviera que llegar de aquellos inicios en Ciudad Jardín a estos laureles en Los Guindos. Aficionados en el Ayuntamiento cantan el himno F. Silva «A por la liga» , gritaba la torcida malagueña, que no baila samba, sino al ritmo de la una charanga que sabe que en el baloncesto es muy difícil luchar cara a cara con Madrid y Barcelona, pero que este año se está consiguiendo. Están siendo un «rival incómodo», que definiera el presidente López Nieto en la visita oficial al Consistorio, donde el alcalde De la Torre estaba henchido de orgullo esperando a los jugadores. El Martín Carpena, bastión de los sueños, se llena de energía para apoyar a un equipo que no para de creer. Por eso, cantan «Ibon tiene un plan» con la voz que ayer ya no tenía Ibon Navarro, entrenador afónico, sonriente, aceptando un reto de ir por el título de una ACB en la que miran para abajo desde el liderato. Unicaja es campeón y Málaga celebra aunque se juegue un catarro por brindar apoyo a sus jugadores bajo una lluvia insistente de abril. Ibon es una estrella, pero sobre todos se venera al capitán. «Daros las gracias por el apoyo, nos dais muchas fuerzas. Todos flipan cuando van al Carpena . Conseguir un título no es fácil, vamos a disfrutarlo», dijo Alberto Díaz desde el balcón del Ayuntamiento, el jugador que un día tendrá su camiseta colgada del techo del Martín Carpena, que ofreció el trofeo a la patrona, la Virgen de la Victoria pensando en ese reto que es la ACB.