Galán y la novena Puerta... truncada
Cual Roman Polanski, Sergio Galán buscó ayer “La novena puerta”. Esa de la gloria que se abre en plena calle Alcalá. Era suya. Una faena cumbre a un notable quinto “Bohórquez” así lo auguró y hasta el acero lo corroboró. Era de dos... Hasta que el palco se la jugó. Y paseó una. Como Andy Cartagena. Distintos caminos. La elegante pureza del conquense, sin estridencias, frente a los efectismos del benidormí. Para gustos, colores, el que escribe, se queda con lo primero. Esencia pura. Galán buscó encelar a ese zancudo y avacado quinto con “Alcotán”, un precioso caballo perla de nuevo cuño, con el que sólo colocó un rejón de castigo. Este “Murube” fue el mejor del encierro, por codicia, ritmo y transmisión. Buen toro. Lo enceló el manchego con “Embroque”, que lo llevó literalmente cosido al estribo en dos vueltas completas al doble anillo. Cumbre, esos “muletazos” de costado. Temple de diamante y batidas de seda. De tordo a tordo, “Ojeda”, su caballo estrella, lo bordó dándole siempre el pecho al toro, muy de frente, y clavando dos farpas en las que batió muy en corto. También citó a escasa distancia en el par a dos manos sobre “Apolo” antes del epílogo con una rosa. Obra muy importante, que rubricó con un rejón en todo lo alto. Sin puntilla. Los dos orejas parecían rotundas, pero el palco dilató la concesión de la primera oreja hasta el último suspiro impidiendo que el tendido reclamara la segunda.
Antes, esperó a su primero en la bocana de chiqueros sobre “Amuleto”. Allí, recibió a portagayola a un segundo muy distraído y desentendido. Ni siquiera los rejones de castigo lograron darle celo al “Murube”. Salió el tordo “Embroque” con el que hizo dos buenas batidas en sendas farpas, sin embargo, la mejor, llegó al quiebro dándole todas las ventajas al toro que, aunque marcó querencias, se dejó. Doma y pureza del conquense. Se gustó en las piruetas en la cara del astado con uno de los veteranos de su cuadra: “Titán”. Más desigual, el par a dos manos sobre “Apolo”. La rosa final con “Óleo” elevó el tono de nuevo y, después de un rejón algo trasero, saludó una ovación tras petición.