El Tour no quiere a Fuglsang
El destino se empeña siempre con ciertas cosas. La eterna mala suerte de Mikel Landa, por ejemplo. Las caídas, el tiempo perdido en la general, la obligación a la remontada parece la designación que la vida le ha puesto. O quizás es eso, la propia vida la que de una manera u otra dicta que quizá ese no es el camino que hay que seguir, por mucho que se intente. Es lo que parece decirle el universo a Jakob Fuglsang. Su relato hasta el inicio del Tour era el perfecto camino que habla de los sueños hechos realidad. Читать дальше...