Quizá no querría haber ganado así, pero Marc Márquez suma su cuarta victoria de la temporada y amplía su ventaja en el Mundial de MotoGP. Lo hizo en solitario, sin oposición y todo lo cómodamente que ofrece pilotar sin que nadie te interrumpa. Quizá no querría haber ganado así, pero así son las carreras. Porque lo hizo después de sortear una estrambótica caída provocada por su compañero de equipo, Jorge Lorenzo, y que se llevó por delante a todos sus potenciales oponentes: Maverick Viñales, Valentino Rossi y Andrea Dovizioso.
En realidad, la carrera se acabó a la segunda vuelta. Con toda la igualdad que se esperaba este fin de semana, la adrenalina de saber quién podría llevarse el triunfo se acabó casi antes de empezar. Apenas dos vueltas habían pasado cuando Jorge Lorenzo, por primera vez vestido de Honda en un puesto tan en cabeza, intentó atrapar la tercera plaza después de una gran salida. Pero a la hora de adelantar a Viñales, en esa curva 10 que se convierte en un embudo, un error lo llevó al suelo. Como en una partida de bolos, Lorenzo arrastró a Viñales, Rossi y Dovizioso. Una carambola que terminó con todo lo demás.
Márquez, que había salido como una exhalación, fue ampliando la ventaja y solo cuando quedaban dos vueltas aminoró el paso. Por detrás, la batalla la libraron Álex Rins, condenado a la cuarta plaza por otro error, Fabio Quartararo, digno sucesor de Márquez, pero que no consigue quitarle el récord de precocidad en un Gran Premio, y Danilo Petrucci, beneficiado también de la caída múltiple porque vuelve a ser la primera Ducati y se acerca poco a poco a su compañero de equipo.
Las consecuencias del error de Lorenzo se transforman en más ventaja para Márquez en el Mundial. Son ya 37 puntos sobre Dovizioso y 39 sobre Rins.
