El pasado viernes se celebró un torneo de pesca en el lago Míchigan (Estados Unidos). Fue entonces cuando Joe Penar, uno de los competidores de la embarcación Grey Lion II, halló un anillo atado con una brida a la cola de un pez.
El lunes salió a la luz el dueño de la sortija. Jason Rose, guía de pesca, le dijo al medio Chicago Sun Times que pertenece a su anterior matrimonio: estuvo casado durante diez años pero se divorció hace cuatro. Por ello, no quiso que el objeto siguiese formando parte de su vida. «Sentí que tenía que deshacerme de ese anillo, pero no quería simplemente tirarlo al fondo, empeñarlo o algo así. Así que lo lancé de la mejor manera que sé. Estoy convencido de que está maldito. Mi vida ha sido genial desde que lo tiré».
Rose ató el anillo con una brida a la cola de un pez y lo lanzó al otro lado del lago el pasado 4 de mayo. «Soy pescador. Ella siempre estuvo en mi contra cuando perseguía mis sueños y odiaba lo mucho que pescaba», comentó.
Siete semanas después, el pez que portaba la alianza ha reaparecido. El dueño del barco, Jim Nelligan, ha coincidido con Rose en que el pequeño objeto está embrujado: «Ese anillo está maldito. Desde que lo encontré, he tenido problemas con los controles del motor, el interruptor para levantar el piso del timón, con la manguera de mi muelle...».
Al parecer, ni siquiera esta original forma de acabar con el anillo ha servido para acabar con esa supuesta maldición que lleva consigo. Entre risas, Nelligan ha apuntado que «se lo devolveremos por correo a su dueño, sin dirección de retorno».
