La alarma internacional por los
incendios de la Amazonia
han derivado en un duro enfrentamiento entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el de Francia, Emmanuel Macron. El mandatario galo, anfitrión de la
cumbre del G-7 que se abre este sábado en Biarritz
, ha propuesto abordar el asunto en los debates de este encuentro. «Nuestra casa arde. Literalmente. El Amazonas, el pulmón de nuestro planeta que produce el 20% de nuestro oxígeno está ardiendo. Es una crisis internacional. Miembros del G7, nos vemos en dos días para hablar de esta urgencia», señaló en Twitter.
Esta sugerencia desató el jueves una dura respuesta de Bolsonaro, que acusó a Macron de «instrumentalizar un asunto interno de Brasil y de los otros países amazónicos para obtener beneficios políticos personales», aseguró. «La sugerencia del presidente francés de que los temas amazónicos se discutan en el G-7 sin la participación de los países de la región -continuó- evoca una mentalidad colonialista equivocada en el siglo XXI».
Pero el rifirrafe no se quedó ahí. Este viernes Macron acusó a Bolsonaro de «mentir» en sus compromisos medioambientales y, en un comunicado de la Presidencia, anunció que se opondrá a la firma del tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur.
También el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, había advertido de que si Brasil no muestra un mayor compromiso en la protección del Amazonas, intentaría bloquear ese acuerdo.
El presidente brasileño había prometido a su homólogo francés en la cumbre del G-20 en Osaka, el pasado junio, que respetaría los compromisos climáticos a cambio precisamente del tratado acuerdo Mercosur-UE.
El hijo añade leña al fuego
Antes de este último enfrentamiento, Bolsonaro que ya dijo a Angela Merkel que cuidara de la selva alemana y dejó plantado el pasado mes al canciller del propio Macron, Jean-Yves Le Drian, para ir a cortarse el pelo.
Espoleado por la presión europea, Bolsonaro mantuvo ayer reuniones para anunciar un plan de emergencia contra el fuego y anoche se esperaba una declaración suya en cadena nacional.
Antes tuvo tiempo de alertar en un acto castrense de una supuesta «guerra de información» y alentar a sus «hermanos militares» y a la población brasileña a «marchar con éxito».
Para añadir leña a la hoguera, su hijo Eduardo, diputado al que Bolsonaro quiere nombrar embajador en EE.UU. compartió en las redes sociales un vídeo de 2018 en que llamó «idiota» a Macron.
