La culpa no es del Héroe
El rumbo económico que enfrenta nuestro país es incierto. No tenemos una idea clara de hacia dónde vamos, como vamos y en que nos vamos.
Según el banco mundial, en este 2019, México crecerá solamente el 0.6%, contra un 3.2% promedio a nivel mundial.
Si observamos más de cerca por regiones, veremos qué en Asia, crecerán un 6.2%, África con un destacable 3.4%, mientras que América Latina, solo crecerá 0.7%.
Estamos inclusive por debajo del promedio general de nuestro continente.
En los últimos años, las economías emergentes del mundo, se han dado cuenta que vivimos en la era del conocimiento, donde la capacidad mental y el desarrollo de soluciones en este tema, representan una mejor perspectiva económica, que seguir apostándole a la venta de materias primarias, la mano de obra o el petróleo.
Por qué demonios seguimos empecinados en construir refinerías o en vendernos como un país mano obrero, en lugar de apostarle por la genialidad y el desarrollo intelectual.
Aunque no lo crea, la respuesta, según los expertos, está en nuestra propia idiosincrasia y los signos son tan evidentes que ni siquiera los percibimos.
Mire usted, en México y en general en América latina, estamos obsesionados con nuestros héroes del pasado, su ideología y su accionar.
Basta ver que nuestro actual gobierno tiene como imagen oficial a personajes, que la historia ha retratado como precursores de nuestra nación.
Nadie niega que debemos de tener un respeto por nuestro pasado, bueno o malo, bien intencionado o no.
Sin embargo, no tenemos alusión alguna a nuestro futuro. Veneramos lo que fue, sin poner atención en lo que será y eso a nivel de imagen se plasma en el subconsciente y aunque cueste creerlo, nos impone un freno para descubrir a los innovadores del mañana.
Los estudiosos del tema mencionan, que mientras nosotros seguimos con Hidalgo en los billetes de circulación, los países asiáticos como Singapur, procuran imprimir en los mismos, imágenes de una Universidad y así plasmar la importancia del conocimiento en el pensar y el accionar de sus ciudadanos.
Digamos que es una campaña publicitaria a favor de la educación.
Así las cosas, como verá la culpa no es del héroe, si no del que lo hace compadre.