La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a cinco años y medio de cárcel a un joven que tenía 21 años en el momento de los hechos por abusar de un niño de 14, al que conoció por la calle cuando ambos jugaban al Pokemon con sus respectivos teléfonos móviles.
Los sucesos ocurrieron en 2017, cuando el encausado consiguió que la víctima le enviara fotos desnudo y, en una ocasión, le hizo una felación, han informado este viernes fuentes del TSJCyL.
La Sala ha considerado que el encausado cometió dos delitos de abuso sexual, uno de ellos con acceso carnal, sobre un adolescente que tenía 14 años y un delito de obtención de material pornográfico.
El Tribunal ha apreciado la circunstancia atenuante muy cualificada de reparación del daño, ya que el ahora condenado abonó los 9.000 euros de indemnización reclamados para el niño.
La condena
En concreto, por el delito de obtención de material pornográfico de menores de 16 años, la sentencia impone seis meses de prisión e inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve un contacto regular y directo con menores de edad durante cuatro años, además de prohibir la aproximación al niño a menos de trescientos metros durante tres años. Por el delito de abuso sexual con acceso carnal sobre el menor, el tribunal establece cuatro años de prisión, inhabilitación para el mismo tipo de profesión u oficio, sea o no retribuido, por nueve años y la imposibilidad de aproximación y comunicación a la víctima por un tiempo de ocho años.
Por abuso sexual, la resolución judicial le condena a un año de prisión, a inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores durante cuatro años y tres años de imposibilidad de aproximación o comunicación. El fallo incluye también libertad vigilada durante seis años con prohibición del ejercicio de cualquier actividad onerosa o lucrativa con menores de edad o en centro de menores y la realización de un curso de educación sexual.
Los hechos
La sentencia considera probados que en la primera mitad del año 2017 el procesado (Clemente) conoció al menor (Bernardo), que contaba 14 años de edad, cuando ambos jugaban por las calles al al juego on line de Pokemon. Los dos se intercambiaron sus números de teléfono, manteniendo conversaciones de whatsapp al menos desde el día 13 de mayo del citado año.
El día 12 de agosto de 2017, indica la sentencia, el acusado, a través de mensajes telefónicos y en el contexto de un juego de apuestas, convenció al menor para que le enviara, también vía telefónica, cinco fotografías en que le enseñara sus genitales. Así lo hizo el menor desde su teléfono.
El acusado también convenció al menor para que fuera a visitarlo al Hospital donde se hallaba ingresado. En día no concretado, comprendido entre esa fecha y el 24 de agosto, el menor se acercó al citado centro hospitalario y estando los dos a solas en la habitación que ocupaba el acusado éste le propuso hacerle una felación. Para ello ambos se dirigieron al cuarto de aseo.
En fechas posteriores, el acusado continuó presionando al menor para que le enviara nuevas fotografías o vídeos de contenido sexual, insistiéndole en concreto para que mandara un vídeo en que bailara desnudo. Finalmente, el menor le remitió el día 4 de noviembre de 2017 un vídeo en que bailaba en calzoncillos. Por último, el día 10 de diciembre de 2017, cuando ambos se encontraban en el parque, el acusado le sujetó de forma inopinada por detrás y a continuación le agarró los genitales, zafándose rápidamente la víctima.
