Crónica de un centro histórico a punto de morir
Desde siempre el centro histórico de Torreón fue un lugar icónico para los laguneros.
Las crónicas de nuestros historiadores Eduardo Guerra, Homero del Bosque, Jacinto Faya lo atestiguan y escriben como fue la vida cotidiana a través de los años.
También tenemos otras fuentes: imágenes y postales que retratan hermosos edificios, la plaza de armas, las calles.
La memoria atesora recuerdos de un centro que ya no existe y va formando fotografías de los momentos que fueron memorables.
Esos recuerdos nos ayudan a comparar el ayer y el hoy. La terca realidad impera y nos muestra un centro descuidado, sucio, muchos edificios solos o que nada más se usa el primer piso.
En la plaza de armos donde antes estuvo el Teatro Princesa, actualmente un estacionamiento.
El edificio que era de Don Hilario Esparza, sus nuevos dueños trataron de hacer una nueva construcción, no pudieron y lo dejaron a medias, llevamos más de treinta años viendo ese adefesio.
La calle Cepeda también tiene lo suyo: unos puestos de metal, la mayoría solos, que lo único que hicieron es ahuyentar a los posibles clientes.
Da miedo pasar por ese enjambre.
La calle Morelos fue un lugar de reunión para los jóvenes, el agricultor Placido Vargas sembró las palmeras.
Exceptuando las cuadras que colindan con la Calzada Colón que están relativamente cuidadas, lo que sigue es como si usted estuviera caminando en una ciudad semidesierta; se va a encontrar locales vacíos, algunos grafitiados.
Donde se encuentra el teleférico que colinda con la que fue la Benavides y que hoy está desocupado; en la acera de enfrente se encuentra el hotel Rio Nasas, también con locales vacíos.
La sensación de caminar por toda esa calle hasta llegar a la plaza es de desolación. Imagínese a los turistas o los inversionistas que están apostando por Torreón, posiblemente se alejen y se vayan a Saltillo o a Durango, ciudades bien cuidadas, con entradas limpias y centros históricos arreglados.
¿Cómo hemos podido dejar que nuestro patrimonio arquitectónico se haya perdido o esté a punto de? Cómo es posible si contamos con edificios hermosos en el primer cuadro como El Ex Banco de México, el Casino de la Laguna, el Teatro Nazas, el edificio Russek entre otros.
La dejadez y deterioro no viene de la administración de Jorge Zermeño, sino de administraciones pasadas y nosotros como ciudadanos también tenemos la culpa por haberlo permitido.
El corazón de Torreón: su centro histórico está muriendo. ¿Qué se va a hacer?