Fox y Calderón
Solitos, por torpes y enfermos de soberbia, atraviesan el pantano del descrédito y están por ahogarse en él.
Los dos ex presidentes de México, Vicente Fox y Felipe Calderón no hayan dónde meter la cabeza ante las evidencias de sus corruptelas.
Los dos creían, erróneamente, sin pensar, que Andrés Manuel López Obrador no se atrevería a desnudarlos por sus acciones criminales.
El tiempo los empieza a poner en su lugar. Fox y Calderón están derrotados y, si tienen conciencia, sabrán que la justicia es lentísima, pero es en vida.
Sus administraciones, como la de Peña Nieto, no tuvieron freno en actos de corrupción, nepotismo y crímenes.
La aprehensión de Genaro García Luna, responsable de Seguridad Pública con Calderón, corrobora lo que periodistas solventes –por su moral y profesionalismo- advirtieron hace años en sus indagaciones: las trapacerías de uno y otro ex mandatario, quienes borrachos de poder, abusaron de sus cargos y, echando mano de un discurso populista el primero, y exquisito el segundo, creyeron a ciegas que se saldrían con la suya.
Larga es la lista de excesos y torpezas de Fox y Calderón, hasta traicionar la esencia de Acción Nacional.
¿Qué puede decir ante esto un ex dirigente lagunero y la actual dirigencia nacional del PAN? ¿Y si vivieran Gómez Morín, Maquío, Luis H. Álvarez y Carlos Castillo Peraza los defenderían?
Pobre México, tan inmenso en su pueblo, su historia, su territorio, sus recursos naturales, su vastedad cultural; y envilecido por la decepcionante conducta presidencial al menos de los años 80 para acá (sin excluir antes a Díaz Ordaz y Echeverría).
¿Qué hemos hecho los mexicanos para merecernos a estos apátridas?
Colegas ajenos a los reflectores y a la fama como Jaime Avilés (f), José Martínez, Carmen García Bermejo, Anabel Hernández, Víctor Roura, Carlos Monsiváis (f), Jenaro Villamil, Julio Scherer (f), Juan María Alponte (f), Jesús Lemus o Sanjuana Martínez, tiempo atrás observaron en su periodismo en libros, que Fox y Calderón tejían y cometían atropellos contra el país enloquecidos por el poder.
El PAN habrá de reinventarse y para salir a la calle y dar la cara.
En este escenario, el alcalde blanquiazul, Jorge Zermeño Infante, tres veces alcalde de Torreón, rendirá el miércoles próximo su quinto informe de gobierno (sumando sus períodos anteriores). ¿Está dañada su imagen por terceros nacionales y locales?
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