Hace casi veinte años, el donostiarra Igor Paskual fue invitado a tocar con su banda Babylon Chat como telonero de Loquillo, y la velada salió tan redonda que acabó siendo fichado por el cantante barcelonés. Paskual llegó a tocar con los Trogloditas, pero la exigencia, la gestión de emociones y la responsabilidad que acarrean salir de gira con el Loco de ahora, un tótem del rock nacional que ha alcanzado el estatus de estrella atemporal, son bien distintos. «Exacto», asiente el guitarrista. «Por una parte tienes el trabajo de tu vida, lo que siempre has deseado. Por otro lado es una profesión muy inestable, no sólo en lo económico, sino que estás expuesto a circunstancias del público que son casi impredecibles. Llevas una vida a la contra, como los camareros, que trabajan cuando los demás se divierten. Y no todo el mundo soporta bien el aplauso. Es muy difícil ser normal cuando la gente te quiere tanto, pero por una declaración que no guste, te pueden llegar a odiar».
Escuchando las reflexiones de Paskual viene a la mente el título del primer disco firmado con su nombre, «Equilibrio Inestable» (2011). Le siguió «Tierra Firme» (2015), un trabajo que consolidó una carrera solista que ahora tiene un nuevo capítulo, «La pasión según Igor Paskual», el más rabioso de los tres. «Puede que sea por la triple paternidad», bromea el músico. «O puede que sea el paso del tiempo. Pero, sobre todo, por el hecho de tener un aprendizaje, de saber hacer las cosas. Para ser punk no hace falta sólo rabia, sino también saber hacer, ya que si no, se queda en mera superficie, en mera energía sin sentido. Johnny Rotten se inspiró en el Ricardo III de Lawrence Olivier para su puesta en escena con los Sex Pistols: cuanto más sabes, más punk eres».
Las palabras de este artista se tornan aún más convincentes y sólidas si recordamos que, además de músico, Paskual es licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, unos estudios que pone en práctica en paralelo a su actividad en los estudios de grabación y los escenarios. Por ejemplo, ha participado recientemente como comisario en la exposición «El Placer y El Dolor: Pintura y Música», en el Museo del Prado, que ofreció un recorrido por la pinturas maestras de la Historia, ambientado con música en directo. En el caso de Igor, escogió la obra «El 3 de mayo en Madrid». «Ha sido una experiencia increíble. Mucho más difícil de lo que esperaba, pero más apasionante de lo que creía. Hemos interpretado música inspirándonos en cuadros, algunos en base a los que nos sugería, otros por la partitura que había dentro del propio cuadro y otros por vínculos más o menos explícitos. Creo que fue uno de los mejores momentos de mi vida, todo el mundo que participó entró en éxtasis. El Prado es un lujo al alcance de todos. No sabemos lo que tenemos».
