Destila personalidad tanto por su aspecto atlético y atrevido como por su comportamiento sobre el asfalto. La nueva generación de Nissan Juke aúna innovación, rendimiento y tecnología. Y con él nos adentramos en un paraje mágico tocado por el trazo surrealista de Dalí y el embrujo de la Tramontana. Viajamos al punto más oriental de la Península Ibérica, recorriendo estrechas carreteras que van serpenteando el paisaje hasta desembocar en el cabo de Creus, escenario de la película «La luz del fin del mundo», basada en la novela de Julio Verne.
En la carretera se aprecia un rendimiento ágil en parte debido al excelente ajuste del chasis. El nuevo todocamino japonés cuenta con una plataforma más rígida que ofrece mayor estabilidad, rendimiento y habilidades en curva, además de nuevos niveles de confianza y control.
Partimos de la villa milenaria de Peralada, donde se erige de forma imponente su castillo con dos torres y una almena notables con unos jardines de árboles centenarios. En el primer tramo de la ruta, la tecnología Propilot nos ofrece dirección aceleración, velocidad y frenada asistidas electrónicamente. Acelera y desacelera el vehículo para poder mantener la distancia y velocidad adecuadas, además de mantener el coche centrado en su carril. Incluye además elementos como el sistema anticolisión frontal inteligente con detección de peatones y ciclistas, reconocimiento de señales de tráfico, alerta de tráfico trasero y control de ángulos muertos.
En la parada para el café y el pan con tomate ponemos a prueba su faceta más tecnológica. Una simple mirada a la pantalla del móvil nos permite comprobar si las puertas del coche están cerradas o podemos bloquearlo. También se puede controlar la presión de los neumáticos y el nivel de aceite. El vehículo incorpora una tecla de llamada de emergencia automática en caso de accidente.
Pasamos por Rosas, salpicada de preciosas e íntimas calas, que alejan a la muchedumbre por su difícil acceso. Continuamos hasta Cadaqués, kilómetros zigzagueantes, con curvas a derecha e izquierda donde el coche muestra un agarre magnífico, además de una r
espuesta de salida en las curvas de primer nivel para los amantes de la conducción. En Portlligat hacemos una parada en la casa de Salvador Dalí, donde vivió y trabajó hasta la muerte de su esposa Gala en 1982
Al adentrarnos en el parque natural de cabo de Creus, llama la atención su litoral salvaje y abrupto y su configuración geológica tan singular, esculpida por la tramontana. Sobre el acantilado punta de la Esquena se levanta el faro de 11 metros que actualmente funciona como una oficina de información. Cabe destacar que para la película se construyó otra torre, que fue demolida hace pocos años para restituir al paisaje su aspecto original.
