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España arrastra unas cifras dramáticas de número de contagios y de muertos, pero también de sanitarios que han sido infectados por el Covid-19 , cuyo número supera ya los 12.000 casos. Esto ha llevado al Gobierno de Pedro Sánchez a anunciar su intención de agilizar los trámites para que 200 profesionales sanitarios extranjeros residentes puedan incorporarse al Sistema Nacional de Salud (SNS) para luchar contra la pandemia. Esta medida permitiría que se dé prioridad a la tramitación de permisos de residencia, trabajo, así como a la homologación de títulos, que en la actualidad puede durar hasta dos años. En esto trabajarían en coordinación cuatro ministerios: el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones; el de Universidades, el de Sanidad y el de Política Territorial y Función pública.
Este anuncio llega cuando cientos de médicos extranjeros han mostrado su disposición a ayudar en la lucha contra el virus, y no pueden hacerlo. Es el caso del colectivo cubano que reside en nuestro país, que hace unos días lanzó una iniciativa a través de Change.org. En ella, 200 galenos brindaban «su total apoyo a Sanidad y al pueblo español y la disponibilidad a incorporarnos inmediatamente y trasladarnos de nuestros lugares de residencia a las comunidades que necesiten nuestra ayuda, ya que fuimos formados bajo principios humanistas y de amor a nuestra profesión». Varios de estos médicos han compartido con ABC su situación, restando a su reivindicación cualquier tinte político. Su único objetivo es «poder ayudar».
Mabel Olivia, de 27 años, es uno de los médicos que suscribió esta petición. Con residencia en Barcelona, es médico de familia y vino a España para estudiar un MIR hace cinco meses. A raíz de la llegada del Covid-19 a nuestro país, decidió acercarse al Instituto Catalán de Salud, junto a un grupo que representaba al colectivo cubano. Allí les exigieron la homologación del título. Fueron rechazados ante la carencia de este trámite, así como «del permiso de residencia o de trabajo de algunos compañeros», admite. En Madrid, sucedió algo parecido, según recuerda, cuando algunos profesionales cubanos se personaron en el Gregorio Marañón con el mismo resultado.
Mabel, que está en España con un permiso de estudiante,confiesa su «impotencia» al no poder hacer nada. «Están contratando a estudiantes de sexto año de carrera, mientras en nuestro grupo hay médicos con mucha experiencia que se han enfrentado a situaciones extremas...».
Carta al presidente Sánchez
Ese es el caso de Melva, una doctora de 55 años, que desde hace dos años reside en nuestro país. Hace trece meses envió su título a homologar y aún no lo ha recibido; tampoco tiene la residencia ni contrato de trabajo. «Tengo la cita para el 8 de abril para el asilo político, pero estará cerrado», lamenta. Melva tiene una amplia experiencia en catástrofes humanitarias:«Estuve en el tsunami de Pakistán, cinco años en Venezuela, en Haití, cuando el terremoto; en Sierra Leona, con la epidemia de ébola;y también en Guatemala...» Actualmente vive en Madrid, donde la han llamado –este mismo jueves– para trabajar en una residencia, pero al conocer su situación irregular no la han aceptado. Cree que ante la crisis sanitaria que atraviesa el país se deberían «flexibilizar» algunos trámites. «Muchos médicos cubanos del grupo hemos estado dispuestos a participar en voluntariados. Incluso hemos escrito al presidente Pedro Sánchez, a varias comunidades autónomas y partidos políticos ofreciendo nuestro esfuerzo. Pero no hemos obtenido respuesta», señala.
La laxitud en la homologación de títulos –«hay compañeros que llevan 18 o 19 meses esperando y todavía no tienen respuesta», indica Melva– es lo que tiene varados a decenas de médicos en un círculo vicioso que les hace imposible ofrecer sus servicios en un escenario que va a ir a peor, según ha reconocido el propio Gobierno. Confinada con su familia, Melva confiesa que se siente «atada de pies y manos sin poder hacer nada. Cumpliendo las normas, y esperando que el pico pase y comience a descender».
Que no busquen fuera
La situación de Reinaldo Ramos, de 33 años, es distinta. Está homologado y colegiado en Las Palmas, pero no pudo presentar los trámites de residencia «porque todo cerró estos días, por lo que estoy en una situación irregular», admite. «Mi disposición es a ayudar. Me he anotado en todas las listas». Especialista en medicina de urgencia y con conocimientos de terapia intensiva, afirma que llegaron a asignarle una plaza en un hospital, «pero en el momento que expliqué que no tenía papeles, me dijeron que era imposible hacerme un contrato». Ahora está a la espera de cómo evoluciona una situación que afecta a muchos sanitarios «no solo cubanos, también de otras nacionalidades».
Ariel, de 33 años, otro médico cubano que vive en Martorell (Barcelona), reclama, por su parte, que «si el país decidiera buscar ayuda en otros lugares», como ha sucedido en Italia –donde han recibido a medio centenar de galenos enviados por el Gobierno de Cuba, «nos llamen a nosotros, que ya estamos aquí. Que piensen antes en nosotros que estamos en la lista para ser homologados. Y queremos ayudar».
La CUP quiere que vaya una brigada de médicos cubanos a Cataluña
La CUP pidió este miércoles al Departamento de Salud que solicite formalmente que viaje a Cataluña una brigada de médicos cubanos para ayudar a atender a los enfermos por el coronavirus, como las que ya actúan en Italia y Andorra y que han sido enviadas por el Gobierno de Miguel Díaz-Canel desde la isla.
La CUP indicó en un comunicado que ha pedido a la conselleria de Salud que pida la ayuda urgente de los médicos cubanos, ya que en el contexto de «grave emergencia sanitaria» y «el colapso de las necesidades de personal médico en el sistema de salud catalán» es preciso «buscar alternativas rápidas, seguras y eficientes», informa Efe.
Los anticapitalistas de la CUP consideran, asimismo, que el equipo de médicos cubanos que ya se encuentra actualmente en Andorra podría compartir actividad en hospitales próximos de Cataluña, como los de La Seu d'Urgell (Lleida), Puigcerdà (Girona) o Berga (Barcelona).
El equipo médico cubano que se encuentra en Andorra está integrado por 39 personas, en concreto por 12 médicos, 26 enfermeros y un especialista en logística, UCI y ventilación mecánica. Esta brigada pertenece a las conocidas como misiones internacionales, fundadas por Fidel Castro. El año pasado dichas misiones fueron objeto de una investigación realizada por la ONU por la vulneración de derechos de estos profesionales sanitarios por parte del Gobierno cubano, que además de las restricciones de movimientos -en los países en los que son enviados a ejercer- se queda con entre el 75 y el 90% de su sueldo. Tras dicha investigación, la ONU calificó el trato hacia estos médicos como «trabajo forzoso».
Cataluña no sería la única comunidad española que ha requerido de los servicios de estas brigadas enviadas por el Gobierno de Díaz-Canel. También las habría solicitado la Comunidad Valenciana. Esto ha llevado al eurodiputado, miembro del grupo liberal Renew Europe, Javier Nart, a escribir una carta al presidente de dicha comunidad, Ximo Puig, así como al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al Alto Representante de la UE, Josep Borrell, recordándoles que «las Misiones y Brigadas de Internacionalización de médicos cubanos constituyen una forma contemporánea de esclavitud, por la forma en que estas se desarrollan». Asi mismo les explica los distintos puntos de la resolución de la ONU, dictada el pasado mes de noviembre, que determinaron que este organismo calificara la labor de estos profesionales sanitarios de «trabajo forzoso».