Desgraciadamente, cada día amanece con la triste noticia de la elevada cifra de fallecidos víctimas del coronavirus. Detrás de cada número hay una persona, una familia y amigos. La imposibilidad de personarse ante los más allegados, como se haría sin la existencia de este virus, y poder compartir el consuelo de calurosos y sentidos abrazos, besos, miradas y lloros hace que estas pérdidas sea, aun si cabe, más dolorosas. No poder compartir en compañía sentimientos de dolor tan intensos es una nueva forma de afrontar la pérdida de estos seres queridos a los que ni siquiera se les puede velar.
José Carlos Bermejo, director general del Centro de Humanización de la Salud, sostiene que el contacto físico tiene un gran valor de consuelo en el duelo. «Un abrazo, una caricia, una mirada... sostienen al doliente y le hacen experimentar proximidad y apoyo. Como un ancla, que necesita apoyarse. El símbolo universal de la esperanza es precisamente el ancla. En ausencia de estas formas tan humana y humanizadoras de transmisión del consuelo y de la esperanza, toman más importancia las palabras y los símbolos. Hay que rescatar las palabras que, expresamente, transmitan lo que querríamos decir con el abrazo. Han de ser personales y abiertas a la reacción del otro. Si en otros momentos hemos insistido en que lo importante eran los abrazos, hoy toca insistir en que nos quedan las palabras para acariciar y abrazar».
¿Cómo sustituir los abrazos o besos en estos casos?
La ternura la puede vehicular la palabra, el símbolo, las fotos de algo que intuyamos que puede levantar el ánimo. Hay que ser prudentes y no cargar con excesivos mensajes que saturen a la persona en duelo. Es aconsejable lo breve. No hay palabras hechas, pero sí preguntas sencillas y estímulos para encontrar el sosiego en algo que al otro le pueda conectar.
¿Cuáles son las palabras adecuadas que muchas veces se transmiten por whastApp?
Hay algunas que nunca pasarán, como: «te quiero», «te quiero mucho», dicho en el modo íntimo que realmente conecte con el propio código de comunicación. Es muy importante no regocijarse en la lamentación y no cargar las tintas sobre la dimensión traumática, sino centrarse en lo que se puede hacer y en la dimensión que sea más constructiva. Es la hora de la interioridad, de la oración, de la música...
¿Qué gestos o detalles adicionales son necesarios en estos momentos ante la falta de contacto entre las personas más allegadas?
Una llamada (consultando su oportunidad antes), una reflexión (corta), una oración (expresamente centrada en lo que estamos viviendo...). En www.josecarlosbermejo.es en la sección «media audio» se encuentran oraciones sobre la esperanza y un rito de seis minutos de oración para una «asamblea virtua» si no hay posibilidad de compartir ritos fúnebres.
