Menos sevillanos piden ayuda al Banco de Alimentos, a pesar de la crisis y de la inflación
La subida del coste de la vida, especialmente de los alimentos y la energía, y el encarecimiento de las hipotecas y los préstamos se están notando desde hace meses en el número de donaciones de ciudadanos y empresas que recibe el Banco de Alimentos de Sevilla , que entregó 4.098 toneladas de alimentos el pasado mes de septiembre, casi 700 menos que el mismo mes del pasado año (4.753). Sin embargo, esta pérdida de poder adquisitivo no se nota de momento en las peticiones de ayuda de alimentos en Sevilla , que han caído desde los 45.287 beneficiarios de septiembre de 2021 a los 38.965 de septiembre de 2022 (últimos datos registrados). Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP El nuevo presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Sevilla, Francisco Arteaga, un ejecutivo muy experimentado con grandes conocimientos de Economía y una trayectoria muy exitosa en Endesa, no encuentra ninguna explicación a esta caída de peticiones de ayuda, dado el deterioro general de la situación económica respecto a hace un año y el empobrecimiento que ha causado la subida de la inflación en muchas familias. « Quizá la gente está tirando con sus ahorros y aguanta sin pedir ayuda, pero si no cambia la tendencia, tendrá que hacerlo y queremos estar preparados«, sugiere el nuevo presidente, que también ve posible que un cierto número de migrantes haya vuelto a sus países de origen ante la falta de trabajo. En todo caso, no descarta que la cifra de personas que vayan a necesitar alimentos (casi 39.000 en la provincia a finales del pasado mes de septiembre) pueda crecer dentro de pocos meses. Por esa razón pide un mayor esfuerzo a los ciudadanos ante el inicio de la campaña de recogida de alimentos de la Navidad, que se inicia el viernes 25 de noviembre. « Ojalá no sólo se mantengan estas cifras de septiembre sino que sigan bajando porque cuantas menos peticiones de ayuda, significa que las cosas mejoran o, al menos, no van a peor«, asegura. Y añade: » Lo ideal sería que los bancos de alimentos no tuvieran que existir porque no fueran necesarios, pero lo cierto es que sigue habiendo mucha necesidad y tememos que se esté dando un efecto decalaje con este cóctel de inflación y subida de los tipos de interés que pueda dar la cara en muy poco tiempo«. Donde sí se ha notado de forma significativa el deterioro económico iniciado hace un año con la subida de los precios energéticos, agravado meses después con el inicio de la guerra de Ucrania, es en las donaciones de alimentos de ciudadanos privados y empresas. Aunque en el año 2021 la pandemia del coronavirus, que generó en 2020 una ola de solidaridad sin precedentes en los bancos de alimentos de toda España, era todavía un factor a tener en cuenta, la comparativa con 2022 demuestra que la caída de donaciones se ha ido confirmando mes a mes. Desde las 332 toneladas de enero (casi un 25 por menos que un año antes) a las 781 de febrero (casi un 50 por ciento menos que en febrero de 2021). A partir del mes de marzo las diferencias se acortan pero siguen siendo entre un 20 y un 30 por ciento inferiores a las del pasado año. El único mes de 2022 en que se mantienen prácticamente las donaciones respecto a 2021 es junio, con 3.157 toneladas recogidas, solo cien menos que el año anterior. La crisis se ha notado más en la caída de las donaciones al Banco de Alimentos (entre un 20 y un 30 por ciento) que en el aumento del número de receptores de sus ayudas, que ha pasado de 45.000 a 39.000 en el último año «Ojalá los bancos de alimentos no tuvieran que existir porque eso significaría que no hay gente tan necesitada como para pedir esa ayuda» Francisco Arteaga Presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Sevilla La Fundación Banco de Alimentos de Sevilla cuenta con unos 640 voluntarios, de los cuales 100 son permanentes, aunque en las campañas de recogida como la de Navidad , que se inicia el viernes 25 de noviembre, la cifra puede superar los 5.000. Hay solo quince personas en nómina que permiten la continuidad de la actividad, puesto que a los voluntarios no se les puede exigir que vayan al banco cuarenta hora a la semana o un compromiso diario. El Banco de Alimentos de Sevilla se financia con donaciones privadas, tanto las de los ciudadanos de a pie como las de las empresas que forman parte de la cadena de alimentación. Tanto productores como distribuidores donan gran parte de sus excedentes. La tercera vía de financiación son las administraciones públicas, ayuntamientos, Junta de Andalucía y Unión Europea . Hay socios del banco que hacen llegar una mensualidad fija como aportación y otras personas que dejan a la fundación sus bienes cuando mueren para que con ellos puedan donar alimentos a los que más los necesitan.