Adriana Malvido indaga en las relaciones creativas de 10 parejas de la cultura mexicana
Las periodistas Adriana Malvido y Christa Cowrie emprendieron, hace unos a?os, la misi?n de indagar en los procesos creativos de parejas que comparten o se complementan en su quehacer art?stico e intelectual. El resultado es Intimidades. M?s all? del amor: Encuentros con parejas del arte y la cultura de M?xico. Con pr?logo de Patricia Cardona, las diez duplas incluidas en esta edici?n de Paralelo 21 abrieron su espacio, sus casas y talleres, hablaron de sus relaciones ?ntimas y de la interacci?n profesional como proyecto de vida. Historiadores, soci?logos, escritores, pintores, cineastas, dramaturgos, m?sicos, una variada muestra de creadores emparejados y apasionados por su labor, comparecen en este libro. Intimidades permite acercarse a estas conversaciones desde diferentes ?ngulos; por ejemplo, el hecho de que cada pareja se asume como un equipo, con un objetivo, tanto art?stico como ideol?gico. Ah? est?n Rina Lazo y Arturo Garc?a Bustos inmersos en el movimiento muralista; Elva Mac?as y Eraclio Zepeda, juntos en la exploraci?n de la lengua y en la militancia, o Alberto Ruy S?nchez y Margarita de Orellana en la batalla por un proyecto editorial y est?tico. La compenetraci?n de la pareja, la colaboraci?n, en muchos casos funciona como acicate de la relaci?n amorosa. ?El trabajo te saca de la opresi?n que puede ser la vida cotidiana?, comenta H?ctor Aguilar Cam?n; mientras que para Rafael Cauduro, en la relaci?n con Carla Hern?ndez ?hay un proyecto que funciona, que ha sido exitoso, entonces eso nos mantiene juntos?. Otro matiz en estas relaciones es la admiraci?n como disparador del deseo. Sara Sefchovich dice de su relaci?n con Carlos Mart?nez Assad que desde el primer d?a no han dejado de discutir: ?nuestra vida consiste en eso, ese es un eje muy importante. Los otros dos ejes son el sexo y los hijos. La parte ?ntima, f?sica, corporal, er?tica, nos gusta mucho y no vamos a contarla?. Alberto Ruy S?nchez refiere que, en su obra, ?el esfuerzo por comprender el deseo femenino est?, en gran parte, movido por el deseo de seguir compartiendo la vida, la vida sexual y la vida en general?, por supuesto con Margarita. El libro tambi?n puede leerse desde la perspectiva de g?nero. No porque abrace una intenci?n feminista, pero s? porque hay un acuerdo t?cito de respeto y equidad. Ya no es la mujer apoyando el trabajo del marido y diluy?ndose; no es el marido que menosprecia el talento de la mujer o se aprovecha de este. A lo largo de la historia, abundan los ejemplos de mujeres pisoteadas por sus c?nyuges. Y no es que hoy pueda afirmarse que estas pr?cticas se hayan eclipsado. Sin embargo, el libro de Malvido y Cowrie tiene la virtud de presentar escenarios donde el respeto, la libertad y el empe?o por alcanzar un ideal rebasa cualquier cuestionamiento relacionado con la igualdad de g?nero. Todas las mujeres que figuran en estos retratos de pareja, se asuman o no feministas, reivindican su derecho a pensar por su cuenta, a desarrollar su talento. Asimismo, todos los hombres que las acompa?an son feministas, aunque algunos no lo hayan hecho patente. Le dice B?rbara Jacobs a Vicente Rojo: ?Hay una cosa que t? me diste y que ha funcionado m?s all? de tener un estudio como el que me hiciste en Cuernavaca. Y es que crees en m??. Sobre el trabajo de ?ngeles Mastretta, H?ctor Aguilar Cam?n comenta: ?Me gustan mucho la calidad, la precisi?n de la escritura de ?ngeles?. Y m?s adelante sentencia: ?En esta casa no manda nadie, mandamos los dos, pagamos los dos y tenemos los mismos derechos?. Lo que se concluye sobre estas relaciones de creadores es que el ?mpetu por llevar a cabo sus proyectos y la admiraci?n mutua son ingredientes sustantivos para sobrevivir. Del cuestionario gu?a que se aplic? a todos los convocados hay una pregunta b?sica para comprender el c?rculo pasional de estas vidas. ?Qu? los mantiene juntos? ?Ver que nuestro trabajo es valioso, bueno, importante y necesario. Esa comunidad de intereses y de inquietudes, la admiraci?n a su talento?, dice Arturo Garc?a Bustos. Para Jesusa Rodr?guez: ?la compatibilidad ideol?gica es muy importante?. Paz Alicia Garciadiego afirma que ?con nadie me siento tan c?moda como con ?l; s? que cuando empiezo a germinar una idea estoy pensando en el cine de Ripstein?. Miguel Le?n-Portilla confirma: ?Nuestra ideolog?a es semejante y tenemos un concepto de la historia bastante parecido?. Y ?ngeles Mastretta apunta: ?H?ctor todav?a me sorprende despu?s de tantos a?os. Leo un art?culo suyo y digo ??este cabr?n!? ?. Persiste, pues, en estos binomios una actitud solidaria y una compenetraci?n absoluta. C?mo imaginar una pel?cula de Arturo Ripstein sin un guion de Paz Alicia Garciadiego; o una obra de Jesusa Rodr?guez sin la m?sica de Liliana Felipe. C?mo no sentir empat?a con la historia de Carla Hern?ndez, compa?era de Rafael Cauduro en la vida y en el arte; enterarnos de c?mo sortearon ?ngeles Mastretta y H?ctor Aguilar Cam?n el sexenio de Carlos Salinas de Gortari o ser testigos de la magia que salv? del abismo a B?rbara Jacobs y Vicente Rojo. As?, cada par tiene su relato, su modo de estar, su rutina, sus rituales y acuerdos, sus proyectos propios o en com?n. En el conjunto, ?estas conversaciones? ?afirma Malvido? ?dejan un testimonio ?nico acerca de episodios clave en la historia del arte y la cultura en M?xico?.Finalmente, las im?genes de Christa Cowrie hacen m?s acogedora la conversaci?n, invitan a mirar el entorno en el que tuvieron lugar los encuentros, d?nde est?n sentados cada uno, c?mo van vestidos, qu? llevan en las manos, c?mo se miran. As?, podemos concluir que la intimidad, tanto en las im?genes como en el texto, es la sustancia que atraviesa las p?ginas de este libro.AQ