Podemos y la vieja dama indigna
No le concedieron el Nobel de la Paz. Hebe de Bonafini (93 años, se llamaba Pastor pero siempre usó el apellido de su marido), fallecida este domingo, no alcanzó a cumplir su sueño. En su lugar se lo entregaron a Pérez Esquivel, un activista minúsculo, un predicador blandengue, al estilo de aquel Xirinacs que pasó una temporadita del franquismo frente a la Modelo de Barcelona, a pie firme, por ver si soltaban a algún reo político. No tuvo mucho éxito. El currículum combativo de Esquivel fue escueto. Unos meses entre rejas y a casa. Le galardonaron luego con el Nobel, intentó un ...