Avión diseñado y construido en Costa Rica estará en competencia internacional de aerodiseño
La aeronave no tripulada se llama Suléyabi, que en bribri significa ‘El Primero’; participará en concurso en Querétaro, México.
Un avión no tripulado 100% diseñado y elaborado en Costa Rica formará parte de la competencia internacional de aerodiseño SAE Aerodesign, que se desarrollará en Querétaro, México, a finales de marzo.
La aeronave fue bautizada “Suléyabi”, palabra que en bribri significa “El Primero”); fue creada por estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) y ya ha sido sometida a varias pruebas previas a su participación.
El aparato mide casi 2,5 metros de longitud, tiene un motor de 750 watts y está compuesto por materiales que incluyen fibra de carbono y madera de balsa. Su peso es de aproximadamente ocho kilos.
Una vez en el concurso, la nave hará un despegue y aterrizaje en pista con tres vuelos: uno vacío, otro con carga sólida y uno con agua.
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“Ha sido increíble el esfuerzo de todos los estudiantes participantes que dedicaron su tiempo ad honorem. La construcción de esta aeronave ha tenido un impacto fenomenal para nuestro crecimiento académico”, afirmó Leonardo Capponi, quien tiene a su cargo el rol de capitán del Suléyabi.
El proyecto es motivado por Aeronautec, iniciativa nacida en el 2019 para impulsar el emprendimiento, la investigación y el desarrollo en la industria aeroespacial de Costa Rica. Cerca de 200 estudiantes de distintas carreras participaban de este proyecto, pero, en el caso específico de Suyélabi, son 19 jóvenes los involucrados.
Dentro de los profesionales que aportan al trabajo está el piloto, especialista en este tipo de naves Alfredo Alán, quien acompañará a Capponi. Alán cuenta con 16 años de experiencia construyendo y volando modelos de aviones radio controlados y tiene licencia por parte de Aviación Civil para volar tanto drones multirrotor como drones avión. Desde 2012 es el piloto de drones del Laboratorio de Gases GasLAB, de la Universidad de Costa Rica (UCR).
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A futuro
La propuesta plantea un proyecto de investigación en una segunda etapa, posterior a la competencia. Para ello se realizarán modificaciones a la aeronave, con el fin de que sea capaz de apoyar procesos de reforestación mediante la distribución de semillas en campos abiertos o bosques, en lugares muy extensos o de difícil acceso.
“El proyecto tiene el fin académico e investigativo de reforestar, utilizando aeronaves no tripuladas de ala fija, con características muy diferentes de un dron, porque cargan más peso y viajan más rápido”, explicó Capponi.
Según dijo, paralelamente conlleva la investigación forestal: analizar el lugar idóneo para la reforestación, cuáles semillas, qué árboles y características medioambientales, entre otras.