Sabonis, el martillo que ha roto el maleficio más oscuro del deporte estadounidense
La última vez que los Sacramento Kings jugaron los playoffs de la NBA , en 2006, Twitter no existía (y no decir WhatsApp o Instagram), el móvil más vendido era un Nokia y el despacho oval de la Casa Blanca estaba ocupado por George W. Bush hijo. El mundo ha cambiado mucho desde entonces y 17 años después, la pesadilla, al fin, ha acabado. La capital de california, «la ciudad de las vacas», la «semicivilización», como la denominó Phill Jackson durante las finales de la conferencia Oeste contra los Lakers de 2002, celebra al fin que su equipo volverá a competir por el título de la NBA después de que el pasado jueves derrotara a los Portland Trail Blazers (120-80), triunfo que le dejó matemáticamente clasificado para las eliminatorias, cortando la peor racha en este apartado en toda la historia de la NBA. Son muchas las caras reconocibles del éxito de los Kings. Desde su entrenador Mike Brown, que al fin pone el lazo a su carrera como primer entrenador tras años a la sombra de Steve Kerr en los Golden State Warriors y de Gregg Popovich en la selección estadounidense, hasta los bases D'Aaron Fox y Malik Monk, que han imprimido a los californianos un ritmo en ataque formidable, el esquema ofensivo más mortífero de toda la NBA (lideran el ránking al promediar 121 puntos por partido). Incluso hay acento español en la ecuación, pues el badalonés Jordi Fernández es la mano derecha de Brown que además se convirtió en el primer entrenador de nuestro país en dirigir a un equipo NBA el pasado diciembre, cuando, tras la expulsión de su jefe, tuvo que asumir la pizarra en un partido contra los Toronto Raptors. Pero es sin duda Domantas Sabonis, hijo del legendario Arvydas, la pieza que ha permitido a los de Sacramento ver la luz al final del túnel. El lituano llegó a la franquicia en febrero de 2022 y fueron muchos los que se echaron las manos a la cabeza, pues los Kings dieron por el báltico a Tyrese Haliburton , un jugador que ya en la campaña pasada daba muestras de grandeza y que este año ha confirmado su potencial liderando a los Indiana Pacers, siendo elegido para el partido de las estrellas. Sin embargo, el fichaje de Sabonis ha sido el punto de inflexión para una franquicia que parecía maldita. Su rudo e inteligente juego interior (19 puntos, 12,4 rebotes y 7,2 asistencias por partido), no tan estético como el de su progenitor pero igual de efectivo, ha puesto la primera piedra para la resurrección de los Kings que, por primera vez en 17 años, acabarán la temporada con más victorias que derrotas. Noticia Relacionada Baloncesto estandar Si Caitlin Clark: la sensación del baloncesto de EE.UU. es una mujer Javier Ansorena La escolta del equipo universitario de Iowa cautiva al país con un juego imposible que supera los números de Magic, Jordan o Bird El pívot, nacido hace 26 primaveras en Portland mientras su padre jugaba en los Blazers, ha conseguido que con el paso de las temporadas se fuese desvaneciendo la fama de su progenitor para escribir su propia epopeya. Como es de dominio público, los primeros pasos de su carrera los dio en el Unicaja de Málaga (debutó en 2012) para luego comenzar su formación en el baloncesto estadounidense en los Bulldogs de Gonzaga. Elegido en decimoprimera posición en el draft de 2016 por los Oklahoma City Thunder , el pívot no acabó de explotar hasta 2020, cuando ya jugaba en los Indiana Pacers y su despliegue fue tan poderoso que a la NBA no le quedó más remedio que nombrarle All-Star en 2021, un honor que nunca tuvo Arvydas. La peor racha del país Sacramento ha pasado de ser una deprimida ciudad burocrática y perdedora, a todo un fenómeno deportivo. Los californianos no solo han roto la peor racha de temporadas sin playoffs de la historia de la NBA, sino que han cercenado el maleficio más longevo del deporte estadounidense. Hasta el curso pasado, ningún equipo de las cuatro grandes ligas del país (fútbol americano, baloncesto, béisbol y hockey sobre hielo) había estado tantos años sin opciones de gloria excepto los Seattle Mariners de béisbol que, sin embargo, alcanzaron las eliminatorias el año pasado tras 20 campañas en blanco. Una escena, la de los Kings, de lo más dramática si se tiene en cuenta que es el único equipo profesional de la ciudad, su único salvoconducto hacia la gloria. Código Desktop Domantas Sabonis lights the beam. pic.twitter.com/U9KUEQncHz— Jason Anderson (@JandersonSacBee)
January 21, 2023 Imagen para móvil, amp y app Código móvil Domantas Sabonis lights the beam. pic.twitter.com/U9KUEQncHz— Jason Anderson (@JandersonSacBee)
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January 21, 2023 Mucho ha cambiado la película y ahora lo habitual en Sacramento es ganar. Incluso se ha instaurado un curioso ritual tras las victorias. En él, uno de los jugadores destacados del partido pulsa un botón aún desde el pabellón y cuatro láseres morados despegan desde la fachada en dirección al estrellado cielo, un evento que se ha denominado popularmente el 'haz de luz de la victoria' ('Light the Beam' en inglés). Un aquelarre que empezó como un despliegue más de medios tecnológicos y que ha acabado por convertirse en todo un símbolo de esperanza. Los Kings ya no son un equipo maldito.