El superagente que dirige el Elche desde Buenos Aires
La ciudad de Elche tiene todavía fresco en la memoria el ascenso de su club a Primera división, hace casi tres años, en plena pandemia, unos meses después de que el exfutbolista y agente Christian Bragarnik (Buenos Aires, 1971) comprase la mayoría de las acciones del club al expresidente José Sepulcre. Y es ese recuerdo, aún fresco, el que mantiene hoy en un estado de relativa calma a la afición del equipo que menos puntos ha conseguido esta temporada en toda Europa (13). Los récords del club ilicitano no terminan ahí: Bragarnik lleva poco más de tres años en el Elche y ha despedido ya a ocho entrenadores (cinco de ellos, esta misma temporada). Su biografía mezcla la clásica historia de superación que abunda en el deporte con el cine negro: de hecho, en su despacho del barrio porteño de Puerto Madero solía recibir a las visitas con una foto de Tony Montana (el personaje interpretado por Al Pacino en el clásico 'Scarface'); en el marco había, además, dos balas reales. Joven humilde y aficionado de Vélez Sarsfield que soñaba con ser futbolista y no pudo pasar de cuarta división, pasó posteriormente, en apenas unos años, de regentar un videoclub (antes había trabajado como reponedor en un supermercado chino de Buenos Aires) a convertirse en el agente más poderoso del fútbol argentino. Una historia asombrosa que comienza por su habilidad para confeccionar vídeos en VHS a los representantes de futbolistas con las mejores jugadas de sus clientes y despega en 2001, el día que un directivo del club mexicano Irapuato se encandiló con uno de esos vídeos promocionales y compró a un futbolista, Mariano Monrroy, rubricando la primera transferencia como representante del hoy dueño del Elche Club de Fútbol. Bragarnik cumplía entonces 30 años. El Irapuato era un club problemático: existía el fuerte rumor de que estaba dominado por el narcotráfico, al igual que otros, como por ejemplo el Querétaro. Dos años después de aquella primera operación, el novato agente Bragarnik llegó a ser presidente del Querétaro, tras un ascenso vertiginoso como representante y luego empleado del club. (Llegó a los 'Gallos Blancos' de Querétaro de la mano de uno de sus principales inversores, Tirso Martínez Sánchez, apodado 'El Doctor' o 'El Futbolista', operador de los cárteles de Juárez y Sinaloa y actualmente encerrado en una prisión estadounidense). Un año después, la Federación Mexicana de Fútbol decidió absorber las franquicias definitivamente 'contaminadas' del Irapuato y del Querétaro a cambio de 14 millones de dólares. Bragarnik regresó a Argentina, por poco tiempo. Tres años después, ya consolidado como agente de futbolistas, volvió a México como parte de la delegación del Arsenal de Sarandí que iba a jugar un partido de la Copa Sudamericana. Salió de esa experiencia como nuevo asesor deportivo de los Xolos de Tijuana, propiedad de otro expolítico vinculado con los 'narcos'. Terminó haciendo operaciones con otros clubes vecinos. En 2018, tras gestionar su empresa (Score Fútbol) la venta de decenas de jugadores argentinos, tocó techo como representante: llevó a Diego Armando Maradona al banquillo de Dorados de Sinaloa. Desde entonces su relevancia en el fútbol argentino no ha parado de crecer: ha tenido responsabilidades ejecutivas en Defensa y Justicia (un club humilde al que le cambió totalmente la cara en pocos años) o Godoy Cruz, además de mantener excelentes relaciones con otros numerosos equipos 'grandes'. («Bragarnik es un genio de las relaciones públicas», le describe un directivo de uno de esos clubes). Cuando compró el Elche en 2019, ya era considerado en su país «el dueño total» del fútbol, como le llaman en los medios. Ejerce mucha influencia en la Asociación del Fútbol Argentino, se codea con los presidentes y hace negocios en las ligas de Chile y Uruguay. «Represento más de cien jugadores en este momento y muchos entrenadores, de nivel y campeones», aseguró recientemente en una entrevista. «Con el tiempo me enteré un poco de que aparentemente los capitalistas del club, su dinero, venía del narcotráfico», afirmó Bragarnik en una entrevista diez años después de la intervención del Irapuato: «Es fácil hablar. Pero nunca tuve un juicio. Así se hizo esa imagen mía». Pese a su perfil bajo, ocupó numerosos titulares a finales de febrero, cuando explotó en el estadio Martínez Valero a la conclusión de aquel polémico Elche-Betis (2-3) y le dijo al árbitro: «¡No van a salir de acá!». El presidente no acude siempre a los partidos del equipo franjiverde, pero ese día se hizo notar. Poco antes, en una reunión con los peñistas ilicitanos, prometió seguir «implicado al máximo» y no vender el club (que ya bajó a Segunda en 2015 por sus deudas impagadas). Gestión heterodoxa Bragarnik controla más del 99 % de las acciones del Elche ; ejerce, además, las funciones de director deportivo. La comparación con la sociedad valenciana Peter Lim-Jorge Mendes es inevitable, aunque el influjo del superagente porteño en el club es lógicamente mayor: el actual técnico del club, Sebastián Beccacece, no es el primero de sus representados que se sienta en el banquillo del Elche (Jorge Almirón lo hizo ya en dos etapas distintas). «Christian y yo tenemos nociones muy diferentes de lo que está bien y lo que está mal», dice en conversación con ABC un exdirectivo del club ilicitano; «ahora bien, debo decir que cumple sus pactos siempre: y mucho más, en todo caso, que personajes más educados y ortodoxos». Fuentes del club describen en estos términos su estilo: «Marca mucho las distancias cuando ejerce la autoridad y es muy de hacer bandos: o estás conmigo, o contra mí. Hay pocos términos medios con él». Quizá por ello, designa perfiles jóvenes para puestos importantes bajo su supervisión inmediata; también a miembros de su familia. Su heterodoxia es fuente de comentarios en LaLiga . Noticia Relacionada Fútbol estandar Si Los riesgos de Gavi con ficha del filial Sergi Font ¿Qué efectos concretos tiene la no admisión, con respaldo judicial, del contrato profesional del jugador? El más importante, que puede irse del Barça a coste cero el 30 de junio Tras la desastrosa campaña presente, el empresario argentino afirmó recientemente a la Cadena Cope que «la planificación deportiva y la manera de actuar» han sido las mismas que en campañas anteriores, solo que «antes parecía Superman y ahora estoy perdiendo todo [...] A mí me duele tanto como al mejor aficionado. Después de cada partido me entran ganas de tirar todo por la borda, porque también fui hincha. Pero, al día siguiente, me levanto con ganas de seguir». También se defendió de las críticas a su estilo directivo y explicó que sus ausencias de Elche, el hecho de que maneje el club desde Argentina, «es lo mismo que venía haciendo en los tres años anteriores, en los que todo salió bien y nadie decía nada».