Carlos III y Camila son los nuevos reyes del Reino Unido
La capital del Reino Unido fue testigo de un evento histórico cuando el rey Carlos y la reina consorte Camila, quienes fueron coronados en una ceremonia de dos horas en la Abadía de Westminster. Después de la emotiva ceremonia religiosa, la pareja real saludó desde el balcón del Palacio de Buckingham mientras los Red Arrows de la Royal Air Force sobrevolaban el cielo de Londres en una espectacular exhibición de colores patrios.
El Rey comenzó su día poco después de las 10:00 hora local, en una procesión en el carruaje real del Jubileo de Diamante, tirado por caballos, que pasó ante multitudes enardecidas y una guardia de honor de 1,000 miembros de las fuerzas armadas hacia la Abadía de Westminster. Allí, los líderes religiosos y de la Commonwealth comenzaron las procesiones, seguidos por el Rey y la Reina.
La ceremonia de coronación fue seguida por casi 2,300 millones de personas en todo el mundo, según medios británicos, convirtiéndola en la primera coronación de un monarca británico en 70 años. Después de que se colocó la corona en la cabeza de Carlos, se escucharon gritos de “Dios salve al rey” dentro y fuera de la Abadía, y se realizaron saludos con cañones en todo el Reino Unido.
La asistencia a la ceremonia fue de alto perfil, con invitados famosos como la actriz Emma Thompson y la cantante estadounidense Katy Perry. También estuvieron presentes la primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, y su nieta Finnegan, el presidente francés Emmanuel Macron, la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, el primer ministro británico Rishi Sunak y los líderes de los países de la Mancomunidad, los países que son propiedad del Reino Unido. En total, 90 jefes de estado asistieron al evento, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Momentos íntimos y ancestrales tradiciones
La ceremonia se centró en la importancia del servicio y la responsabilidad. En su primera oración después de llegar a la abadía, el Rey declaró: “Vengo no a ser servido, sino a servir”. Carlos fue proclamado “Rey indudable” en la primera etapa de la ceremonia, y se le pidió a la congregación que mostrara su homenaje y servicio, gritando “Dios salve al Rey”.
Aunque hubo momentos de silencio absoluto, entre la música y los juramentos, se mantuvieron tradiciones raramente vistas en la vida moderna, como la inclusión del orbe y el cetro y el transporte de la dorada Espada de Estado.
Durante la unción, considerada la parte más sagrada de los procedimientos, el Rey estuvo apartado del público mientras el arzobispo de Canterbury lo ungía con aceites sagrados. La necesidad de privacidad, según el Palacio, se debió a que “históricamente se ha considerado un momento entre el soberano y Dios”.
La ceremonia de coronación del Rey Carlos y la Reina Camila fue un evento histórico y memorable en Londres, marcando un hito importante en la historia del Reino Unido y la monarquía británica.