La situación menos deseada que preocupa a los inversores
El nuevo capítulo del conflicto de poderes en el que se sumergió la Argentina, a partir de la disputa entre el Gobierno y la Corte Suprema por la suspensión judicial de las elecciones en San Juan y Tucumán, volvió a poner sobre la superficie una de las mayores dificultades que puede atravesar un país cuando necesita recursos para encarrilar el rumbo económico.
Los especialistas que le ponen el oído a los inversores que transitan por Wall Street transmiten una visión que choca hoy contra la realidad doméstica. A la hora de definir en qué punto del planeta volcar sus dólares, las empresas y los grandes fondos no solo revisan las condiciones económicas y las ventajas competitivas sino, sobre todo, ponen atención a la situación política.
Alberto Fernández: "Los jueces designados por decreto por Macri siguen respondiendo sus órdenes"
Por ello, en medio de un proceso electoral, que lógicamente suma su propia cuota de incertidumbre sobre el futuro, tanto la judicialización de la política como la politización de la Justicia que denuncian de uno y otro lado exhiben una debilidad institucional que deja al país en peores condiciones para atraer capitales.
Más aún si se tiene en cuenta que esta pelea entre la Casa Rosada y el Máximo Tribunal, que tiene como antecedente más ríspido a la situación judicial de la vicepresidenta Cristina Kirchner pero que también encuentra conflictos en el reparto de la Coparticipación y la conformación del Consejo de la Magristratura, entre otros temas; se suma a la mantenida en el interior de las dos principales alianzas políticas con aspiraciones de administrar el país hasta diciembre de 2027.
Se trata de dar previsibilidad y no desviar la atención de lo urgente y lo importante por disputar espacios y candidaturas, tema al que se refirió el propio ministro de Economía, Sergio Massa, en una clara señal hacia el Frente de Todos, al indicar que "los que gobernamos tenemos que mostrar cómo resolvemos los problemas del presente y cómo diseñamos el futuro y no andar perdiendo el tiempo en internas estériles que sólo resuelven vanidades políticas".
La Argentina atraviesa hoy un tiempo de dificultades económicas marcadas por la escasez de dólares, la elevada inflación y un alto endeudamiento. Resolver esa ecuación, achicar el déficit y ordenar al Estado, así como diseñar políticas sociales y laborales para reducir la pobreza, es una tarea que llevará tiempo y requerirá un amplio consenso. Cualquiera sea la receta que se pretenda aplicar, es necesario destinar la energía a encontrar soluciones y respetar las reglas para no crear más problemas.