Perdonan una deuda de 145.000 euros a un sevillano por un negocio fallido y su ludopatía
El Juzgado de lo Mercantil número 3 de Sevilla ha dictado un auto en el que viene a perdonar una deuda de 145.957 euros a un sevillano, generado por un negocio fallido y que se fue agravando por sus problemas de ludopatía. Y gracias a Ley de Seguridad Oportunidad . Esta situación de insolvencia le generó una severa depresión y ha necesitado un largo tratamiento psicológico para superar su adicción a los juegos de azar en línea, sobre todo, durante la pandemia del coronavirus. Con fecha de 31 de julio del año pasado se dictó auto declarando el concurso sin masa de este vecino de Sevilla, representado por Bergadà Asociados. Transcurridos quince días desde la publicación de la declaración de concurso en el registro público concursal y en el Boletín Oficial del Estado , ningún acreedor solicitó el nombramiento de administración concursal. Además, dentro de los diez días siguientes al vencimiento del plazo anterior, la representación procesal de este sevillano interesó la exoneración del pasivo insatisfecho, de lo que se dio traslado a los acreedores personados para alegaciones, sin que se hicieran alegaciones ni formulado oposición, por lo que quedaron los autos pendientes de resolver. Fue el pasado mes de diciembre cuando el Juzgado Mercantil número 3 de Sevilla dictó el auto, al que ha tenido acceso este periódico, perdonando la deuda de 145.957,15 euros. En este sentido, el juez exonera del pasivo insatisfecho a este sevillano. Todo arranca el año 2004 . Este beneficiado emprendió un negocio en Sevilla en colaboración con un socio. Los primeros años de funcionamiento resultaron extremadamente complicados, ya que el establecimiento no generaba los beneficios esperados, lo que llevó a acumular numerosas deudas, según detalla el despacho de abogados que le ha asesorado. Así, a pesar de lograr ciertas mejoras en las finanzas del negocio, esta situación le afectó considerablemente en su estado emocional y, sumado a las desavenencias con su socio, optó por abandonar la sociedad, asumiendo la parte pendiente de las deudas generadas , concretamente 24.000 euros . Asimismo, también tuvo que asumir el vehículo que había adquirido y un préstamo solicitado para cubrir los gastos de alquiler. En el año 2007, el hombre consiguió trabajo en la provincia de Huelva . En esta ocasión, el trabajo iba bien y decidió invertir en la compra de una vivienda. Sin embargo, un año después, y debido a problemas personales, decidió renunciar a su puesto de trabajo. Posteriormente, en el 2008 empezó laboralmente en Sevilla , donde continua actualmente. Dado que había una considerable distancia entre la citada localidad y su residencia habitual, tuvo que alquilar una habitación en la capital hispalense. El alquiler mensual le costaba 450 euros , lo que lo llevó a alquilar su vivienda de hipotecada para poder seguir pagando la correspondiente hipoteca. Apuestas por Internet Esta situación, según detalla el bufete especializado en Ley de Seguridad Ciudadana, comenzó a generar problemas depresivos en el hombre, ya que cada vez se le hacía más difícil mantener sus ahorros. Por este motivo, tomó la decisión de solicitar un préstamo de consolidación de deudas para poder hacer frente a todos los créditos «y poner mensualmente a cero las tarjetas de crédito con intereses abusivos que previamente había solicitado». Sin embargo, a pesar de esto, le resultaba más complicado pagar sus cuotas y, al mismo tiempo, contar con liquidez para sus propias necesidades, lo que lo llevó a utilizar varias tarjetas para acceder a esos ahorros. Paralelamente, empezó a experimentar los primeros síntomas de una depresión severa. Se aisló socialmente. El hombre comenzó a jugar a juegos de azar en línea con el inicio de la pandemia. «Al vivir solo empecé a jugar y mi adicción se agravó en el 2020. Además, me enviaban solicitudes de préstamos y llegué a aceptar uno de 18.000 euros con tan sólo un mensaje de texto con la intención de pagar las tarjetas de crédito que tenía, pero me gasté todo el dinero en el juego, porque no era consciente del problema que tenía», explica este sevillano. El hombre aún no podía pagar sus créditos, pero la situación se complicó con la citada pandemia, lo que agravó su depresión. Como el sector en el que trabaja fue uno de los más afectados por el Covid-19 , sus ingresos se redujeron significativamente y se vio obligado a utilizar las tarjetas de crédito que tenía como forma de pago. También su salud mental comenzó a deteriorarse, empeorando su depresión y ansiedad, ya que preveía una inminente insolvencia. Por ello, en el 2022 decidió buscar ayuda profesional y comenzó a tratar su trastorno de ludopatía con un psicólogo, al mismo tiempo que se prohibió su acceso físico y virtual a todas las casas de apuestas y plataformas de juego de azar. Después de comenzar a mejorar, ese mismo año optó por iniciar un procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad, ya que a pesar de tener todos los créditos al día anticipó que a corto plazo ya no podría hacerles frente sin solicitar otros préstamos. De este modo, el hombre utilizó sus últimos ahorros para cubrir los honorarios de los abogados que tenía por aquel entonces, pero debido a circunstancias ajenas a él la demanda de concurso fue desestimada. La abogada Marta Bergadà señala que «todas las personas que se hayan visto superadas por las deudas y que se hayan agravado por la ludopatía que está siendo tratada , han de saber que la Ley de la Segunda Oportunidad puede ser beneficiosa si son deudores de buena fe».