El Pleno del Ayuntamiento de Carboneras ha elegido como alcalde al candidato de Ciudadanos Salvador Hernández tras prosperar la moción de censura planteada al hasta hoy primer edil Felipe Cayuela (PP). La votación se ha cerrado con siete votos a favor de la destitución del popular y seis en contra del cambio, que sin embargo ha terminado por tomar cuerpo abriendo un mandato teóricamente compartido. La idea es que el representante de la formación naranja ostente el bastón de mando carbonero hasta verano de 2025, la mitad justa del período de cuatro años que se inició en los comicios municipales del pasado mes de julio. A partir de esa fecha tomará el relevo el socialista José Luis Amérigo . La decisión se sustenta en la acusación de que el equipo de Gobierno de Felipe Cayuela estaba llevando a la «quiebra técnica y económica» a la localidad, con «contrataciones irregulares de obras y servicios», destruyendo «políticas sociales progresistas» e inclinándose por el «nepotismo». También se le afeaba que aún no estuvieran aprobadas las cuentas para el presente ejercicio. Un descubierto de 3,3 millones de euros El único que tomó la palabra durante el tenso encuentro fue el ya alcalde saliente Felipe Cayuela, que aprovechó los minutos que le brindaba el pleno para ofrecer su versión y tratar de desmontar las distintas acusaciones, «todas sin pruebas ni denuncias previas». Por ejemplo, explicó como a su llegada como dirigente al Consistorio el 7 de julio, encontró «facturas sin pagar por importe superior a 3.300.000 euros» , de los cuales más de «953.000 euros no tenían consignación prespuestaria» (las facturas no estaban contabilizadas). Afirmó, además, que el alcalde había pedido a la diputación un adelanto «de un millón de euros» . En la partida de limpieza viaria, de jardines y playas , que se lleva dos millones de euros anuales, Cayuela aseguró que «había 800.000 euros que se habían gastado en otras cosas», lo que provocó que no se pudieran pagar «otras facturas desde agosto, las de 25 padres y madres de familia». Algo similar parecía haber ocurrido con la limpieza de edificios, en la que «se debían más de tres meses, porque se había gastado la partida» o en el contrato de eficiencia energética, donde «más de la mitad de la partida» ya se había utilizado. Como la empresa no cobraba « demandó al Ayuntamiento por 240.000 euros ». El popular espetó que «se está falseando el contenido de la moción de censura» y aseguró que «de esos más de 3.300.000 de euros ya se deben menos de 800.000», y hay dinero suficiente en las cuentas municipales para hacer frente a todas estas facturas. « Solo falta el nombramiento de un tesorero para que se hagan los procedimientos», añadió. Cayuela además puso el foco en la ausencia de Presupuestos para 2024 , asegurando que ya existía un borrador pero que no ha podido enviarse a los órganos colegiados por «encontrarnos inmersos en esta trama de la moción de censura». Además, recalcó que «la cuenta general de 2022 le correspondía al anterior alcalde, y no la hizo, estando en el cargo hasta julio de 2023». Enchufes Otro punto importante del discurso del alcalde saliente fue el del nepotismo, acusación que entendió que versaba acerca del nombramiento de Diego Caparrós como asesor «pues en la moción no se dan detalles». Cayuela defendió que el trámite siguió «el procedimiento legalmente establecido» y que dio las explicaciones pertinentes en un pleno extraordinario que «aunque no era necesario, se hizo». «En cambio no criticaron el nombramiento de Agustín Cánovas , que está aquí y es el mismo caso», afeó el político, para añadir que «todos ustedes tienen familiares y allegados en distintas admnistraciones como asesores». «Yo nombré a Agustín Cánovas como asesor y Salvador Hernández me dijo que me esperara. Luego entendí porqué y es que él quería que yo nombrase a María Ángeles Ruiz Venzal . El candidato ya estaba buscando otras opciones y quería crear una bolsa Ad Hoc para trabajase Ruiz. No contento con eso un asesor amigo buscó para que se le diera un trabajo en una empresa. A las dos cuestiones le dijimos que no, porque corrupciones, no como un trámite legal como fue lo de los asesores», detalló. «Para mí alguien que haga algo así no se merece ser alcalde, ni siquiera concejal. El candidato -por Hernández- debería dimitir por dignidad », exclamó entre aplausos de algunos asistentes, esos que en otro momento del discurso comentaron en voz alta que era «una buena persona». «En democracia, el camino más corto no es el mejor. Lo que quiere Carboneras es que un alcalde lo elija el pueblo, que se presente a elecciones con su equipo y que las gane. No concibo este pleno, que quiere elegir como alcalde al que menos votos tiene», comentó. Denuncias cruzadas Del mismo modo, Cayuela abundó en los litigios que Salvador Hernández y José Luis Amérigo mantuvieron como trasfondo de «la obra del paseo marítimo», «el contrato de limpieza viaria» o la «denuncia con reclamación por parte de la empresa de eficiencia energética». «Que expliquen cuántas denuncias tienen cruzadas», comentó el popular con cierta ironía y satisfecho de que él no era objeto de ninguna. Además, y en relación a ese supuesto problema de funcionarios que se sentían acosados, Cayuela recalcó que no había ni pruebas ni denuncia previa y que en cambio «el candidato ha trabajado en el Hospital Virgen del Mar , y el puede responder porqué motivo lo echaron de allí», abriendo la puerta a interpretaciones diversas. Una vez concluyó el ya exalcalde, José Luis Amérigo advirtió que no iba invertir «ni un sólo segundo en desmentir» a Cayuela y se reafirmó que la moción de censura conjunta con Ciudadanos recogía la demanda de la mayoría del pueblo de Carboneras, «era un «clamor» , por la «desconfianza generalizada hacia el Gobierno en minoría». El socialista definió el momento actual para el municipio como una «segunda modernización» que depende de decisiones firmes «que no se pueden tomar desde un espacio de inestabilidad».
