Alerta en el sector de la patata española tras aumentar un 600% la entrada del tubérculo egipcio
Los productores españoles denuncian el fraude de etiquetar como española la patata de Egipto
Alerta entre los productores españoles de patatas ante la llegada masiva de cargamentos procedentes de terceros países. En este caso las quejas han llegado por las importaciones procedentes de Egipto, que se han disparado más de un 600% desde 2021, cuando rondaban las 8.000 toneladas. En 2023, esta cifra se ha elevado por encima de las 50.500 toneladas. Una situación que el sector teme que continúe al alza ante su menor precio. Así lo han denunciado los profesionales del sector en el VI Congreso de la Patata Nueva de España, celebrado en Sevilla.
Una situación análoga en el resto del mercado de la Unión Europea, cuyas cifras totales de las importaciones egipcias han pasado de 212.505 toneladas en 2022 a 412.688 en 2023, casi el doble, según datos aportados por Eurostat y Comtrade. Por ello, el sector ha decidido poner en marcha durante esta campaña un plan de toma de muestras y análisis en diferentes puntos del país para la detección de la Ralstonia solanacearum, patógeno presente en Egipto, ante el "grave riesgo fitosanitario existente" y que se ha detectado en el territorio nacional.
Patronales como Asociafruit han solicitado ya a la Junta de Andalucía que se ponga en marcha un programa de controles e inspecciones para evitar que se etiquete como patata de origen España a aquella que proceda de Egipto, por el fraude que esto supone para el consumidor.
En cuanto a las perspectivas de la campaña de patata nueva, son optimistas, ya que el producto se presenta con excelentes calidades y buenos calibres, y unos 10-12 días de precocidad. Si a lo largo de la primavera no se presentan contratiempos meteorológicos, será una campaña "con un correcto desarrollo productivo y comercial", informaron a Efe. La asociación considera que la superficie de producción que refleja el Gobierno central, con 62.000 hectáreas, está inflada, sobre todo en Galicia, y se estima a partir de las semillas comercializadas en nuestro país que pueda haber unas 42.000 hectáreas de cultivo. Ha mostrado su preocupación por el continuo descenso de superficie de producción, que en Europa es ya de unas 200.000 hectáreas menos de 2015 a 2023.