Fuese... ¿y no hubo nada?
Termina Cervantes su famoso poema Al túmulo del Rey Felipe II en Sevilla con un estrambote: “Y el que dijere lo contrario, miente. Y luego, incontinente, caló el chapeo, requirió la espada miró al soslayo, fuese y no hubo nada". Y el caso es que este poema me ha venido a la mente tras los cinco días de espera estrambóticos para escuchar esa decisión del presidente sobre el destino de su vida tras una carta lacrimógena sobre lo mal que lo ha pasado por los ataques a su esposa, a la que tanto quiere. Fuese, y no hubo nada, porque dijo que seguirá, “con más fuerza si cabe”, eso ...