Informe de la DEA revela que cárteles mexicanos lavan dinero en China
Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación son responsables de las muertes por fentanilo y metanfetaminas afirma la DEA en Evaluación 2024; también acusa al ejército y la política mexicana de corrupción
El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) desatan “la peor crisis de drogas” en la historia de Estados Unidos, donde hoy tienen presencia en los 50 estados. Además, operan en decenas de países a nivel mundial y se apoyan en naciones como China, no solo para la obtención de precursores, sino también para lavar dinero y corromper “el Ejército y la política” en México.
La Evaluación Nacional de las Drogas 2024, presentada ayer por la Agencia Antidrogas (DEA), afirma que no hay cárteles más prioritarios que estos dos, a los que la titular de la agencia acusó de ser responsables de la “vasta mayoría del tráfico de drogas en EE. UU.
Según la DEA, la crisis de las drogas que enfrenta el país en la actualidad es resultado del cambio de drogas derivadas de plantas, como la heroína y la cocaína, a drogas sintéticas, como las metanfetaminas y el fentanilo, que son más fáciles de producir y más lucrativas. Basándose en datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la DEA informa que en 2020 las muertes relacionadas con las drogas se cobraron 107,941 vidas.
De ese total, el fentanilo y otros opioides sintéticos son responsables de aproximadamente el 70%, mientras que las metanfetaminas y otros estimulantes sintéticos representan aproximadamente el 30%.
El informe advierte que los cárteles desarrollaron redes mundiales de cadenas de suministro.
La amenaza principal, según la Evaluación, es el Cártel de Sinaloa, que opera en al menos 57 países en el mundo, incluyendo a China. Además de ser proveedor, China también es destino del tráfico de metanfetamina.
El cártel también opera en Tailandia, Australia y Nueva Zelanda, donde el costo de la metanfetamina es mucho mayor que en Estados Unidos. También opera en Centro y Sudamérica, y utiliza a África como punto de transbordo para la cocaína que se dirige a Europa. Por otro lado, el CJNG, que es descrito como un “modelo de franquicia”, está activo en más de 40 países de Sudamérica, Asia, Europa y África.
Tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG se benefician, según la DEA, de la corrupción existente en México. Por ejemplo, señala que el Cártel de Sinaloa “puede operar libremente en algunas partes de México porque cuenta con una red de contactos corruptos entre las fuerzas del orden, el Ejército y la política”.
Recuerda el caso del exsecretario mexicano de seguridad, Genaro García Luna, detenido en EU, donde se le acusa de tráfico de drogas. Este cártel controla por completo el Puerto de Mazatlán, en Sinaloa, pero también “mantiene contactos logísticos y gubernamentales corruptos en otros puertos marítimos de ambas costas de México.
Una parte importante del cártel opera en la frontera con California, que proporciona acceso al punto de entrada de San Ysidro —el paso fronterizo más transitado del hemisferio occidental— y al punto de entrada de Otay Mesa. También organiza envíos de metanfetamina y fentanilo para su cruce en las zonas de Mexicali y Tijuana (Baja California). Según informes de la DEA, Los Chapitos prefieren utilizar el puente de Ysleta-Zaragoza para pasar de Juárez (Chihuahua) a El Paso (Texas).
En el caso del CJNG, el informe destaca la violencia con que opera, recordando sus ataques de alto perfil contra el Ejército y la policía mexicanos, y mencionando el caso de Omar García Harfuch, quien, siendo secretario de Seguridad de la Ciudad de México, sufrió un atentado atribuido al cártel, al cual también se le implica en el soborno de jueces.
Sin embargo, a diferencia del Cártel de Sinaloa, el CJNG controla muy poco territorio cerca de la frontera con Estados Unidos. Esto los obliga a pagar un piso por el uso de puntos de entrada, túneles u otras rutas de contrabando hacia Estados Unidos a cualquier organización criminal que controle el acceso en ese momento.
Lavado en suelo asiático
La evaluación subraya que “los cárteles utilizan organizaciones chinas para trasladar sus beneficios de Estados Unidos a México. Las organizaciones de narcotraficantes con sede en México y Sudamérica utilizan cada vez más los sistemas bancarios clandestinos de China como principal mecanismo de blanqueo de capitales”.
También utilizan las criptomonedas, que ofrecen la ventaja de que se pueden usar “para transferir valor a través de fronteras internacionales sin depender de los bancos”, además de que “no dejan rastro más allá de la cadena de bloques, que está encriptada”. Sobre las operaciones de la DEA contra el tráfico de drogas, el informe resalta operaciones como Overdrive, “dirigida contra individuos violentos en nuestras comunidades, y la Operación OD Justice, que se asocia con las fuerzas de seguridad locales para investigar intoxicaciones mortales por drogas”.
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