Kosovo, también por la puerta de atrás
Pese a que la propia Comisión Europea adelantó el pasado abril que España quedaba al margen del régimen de exención de visado en el espacio Schengen para los habitantes de Kosovo –en vigor desde la semana pasada–, el Ministerio de Exteriores ha cambiado de idea para dar por buenos los pasaportes de una región serbia cuya independencia, ejecutada de forma unilateral y contraria al Derecho Internacional, no reconoce. Por la puerta de atrás y sin mediar explicación ante las Cortes, como sucedió con el contencioso del Sahara, aún por aclarar, el Gobierno adopta una postura en el campo de la política exterior que, quizá condicionada por sus lazos con el separatismo o como nueva cesión a Washington, afecta a una de las líneas maestras de nuestra diplomacia , vigente en el caso de Kosovo desde 2008. Nada cambia, asegura el Ministerio de Exteriores, pero el hecho de aceptar como válido el pasaporte de los kosovares equivale 'de facto' al reconocimiento de su nación.