Claroscuros de la contrarreforma laboral
Cumple dos años la contrarreforma laboral de Yolanda Díaz presentando un panorama claroscuro en el que los brillos vienen más de la coyuntura que de la nueva estructura. Lo primero es recordar que el compromiso tanto del PSOE como de (entonces) Podemos era la derogación inmediata de la reforma laboral del PP según accediese la izquierda al poder. Pero no fue así y se mantuvo la esencia de los cambios del gobierno de Mariano Rajoy, alumbrados en un contexto de emergencia económica en lo más duro de la crisis mundial abierta en 2008. En lo positivo ha disminuido radicalmente la temporalidad, camuflada quizás en la neofigura de los fijos discontinuos, que no permite determinar con precisión el número de desempleados, y el aumento de los cotizantes a la Seguridad Social. Entre lo negativo, la eliminación del diálogo social en las decenas de variaciones hechas al margen de los empresarios, la menor calidad del empleo indefinido y que España siga a la cabeza del paro en Europa.