La imprescindible costura de urgencia en la Feria de Córdoba
Hay cierto momento en la media tarde en que una caseta muy concurrida de la Feria de Córdoba no tiene música de sevillanas , farolillos ni buen fino de la tierra. Para mucha gente , sin embargo, es imprescindible , más que necesaria, para seguir la fiesta, porque cuando los vestidos de flamenca han sufrido algún problema, sólo se puede arreglar sin salir de la Feria en la caseta de costura de las Adoratrices , que instala por segundo año. Yolanda Ramos Jurado, psicóloga del centro pero también voluntaria , relata que por la tarde , cuando se ha comido, es el momento de más actividad . «Es cuando las cremalleras se suelen romper», dice. El contratiempo podría ser fatal, pero en la caseta hay mujeres con las habilidades y la disposición para que el traje vuelva a lucir y seguir con la diversión. Noticia Relacionada mayo festivo estandar No La Feria vive un domingo intenso y familiar antes de declarar una tregua Alfredo Martín-Gorriz El buen tiempo ha ayudado a que el Arenal presentara un aspecto populoso, aunque sin las bullas del sábado En el equipo hay voluntarias y mujeres, madres o embarazadas , en situación de dificultad a las que se presta ayuda para salir de situaciones como la violencia de género o la trata de seres humanos. Sus recursos son muy pocos, la gran mayoría son migrantes que proceden de Hispanoamérica y África, aunque no faltan españolas. Algunas aprendieron a coser en el centro , porque es una de las habilidades que se les enseña, y otras ya lo sabían. «Les viene bien aprenderlo», dice Yolanda Ramos, que conocía bien la costura y ahora la pone en práctica cuando empiezan a llegar personas que lo necesitan. ¿Qué sucede cuando llega una mujer con una cremallera rota de su traje de flamenca ? « Algunas se pueden descoser y se pueden arreglar , pero la otra mitad suelen romperse y hay que cambiarlas », relata. Eso sí, hay que invertir un poco de tiempo, como una media hora. La caseta tiene un vestidor con su cortina, para salvaguardar la intimidad, en que las mujeres se quitan el traje y esperan el momento en que pueden ponérselo de nuevo con una bata que les prestan. Las cremalleras son el problema más frecuente, pero también los bajos de los vestidos y los botones de las chaquetas de hombre «Lo que suelen hacer es que la mujer se queda aquí, la amiga se va a por el rebujito , se lo trae y se lo va bebiendo mientras espera», cuenta riendo Yolanda Ramos, porque en la caseta hay aire acondicionado y la espera no se hace en absoluto desagradable. La caseta de costura de Adoratrices tiene todo lo necesario para atender las emergencias : máquinas de coser, agujas, bobinas de hilo, tijeras, cremalleras de repuesto y sobre todo manos capaces de transformar un contratiempo en una oportunidad para seguir divirtiéndose. No son sólo mujeres con sus trajes de flamenca, porque los zapapatos sufren a veces, y hay hombres que llegan en busca de un poco de pegamento con el que conseguir que el calzado aguante un poco más de fiesta. También lo tienen. Bajos y botones El vestido de gitana es bello, pero también largo y delicado, y otro de los accidentes más comunes llega cuando se pisan los bajos , sobre todo al bajar del autobús. Con tanta gente no siempre es fácil evitarlo, y también llegan mujeres con ese contratiempo. Ayer mismo llegó hasta la caseta de las Adoratrices un hombre que necesitaba el arreglo de un botón de la americana. «Decía que era del año pasado y que le ha estallado, así que se la cosimos bien fuerte, para que no tenga problemas», relata. Este año la afluencia es incluso mayor que en 2023 y hay gente que va directa, con pequeños arreglos que necesitan porque saben que están allí para eso. La satisfacción es grande : «Dicen que si no estuviésemos se habría tenido que volver a casa», El servicio es gratuito, pero quienes acuden están invitados a dejar un donativo, con destino a la obra social. «Muy pocos son los que no dejan algo, pero otros te dejan mucho sólo porque se les da una tirita», resume.