La cosa es que se va el año de los diez años del fundido a negro de Camilo José Cela y Madrid, a la sazón su segunda ciudad, tampoco se ha volcado con el académico. A mí me gusta leerle mientras me curo el insomnio crónico, verle en el Youtube, incluso imitarle en la ironía. Hasta le hice un 'tuiter'. Paso por el Comercial, por el Gijón, y me lo imagino así, con su voz tronante opinando sobre lo humano y lo divino y poniendo nombres como Bonifacio Calvo Olivares y Rómulo Remigio de todos los Santos... Читать дальше...