Sevilla tendrá veranos cada vez más largos y noches tropicales
De hecho, en la Universidad de Sevilla, cuyo consejo de gobierno también se adhirió también a la carta de la ONU que declara el estado de Emergencia Climática hace algunas semanas, llevan tiempo estudiando el tema. Y algunos de sus expertos concluyeron hace algunos meses que habrá un aumento de las temperaturas de más de 3,5 grados en el sur de España en verano y que eso provocará también un importante incremento en el consumo energético.
En los cultivos
Pero ¿cuales pueden ser las consecuencias del cambio climático en Sevilla? Teniendo en cuenta que el cambio está llegando a nivel mundial más rápido de lo que se esperaba, lo primero y más evidente, según explica Esteban de Manuel, profesor titular de la ETS de Arquitectura de Sevilla y coportavoz de Equo Verdes Andalucía, será un importante aumento de las temperaturas. Los expertos vaticinan que el termómetro podría subir tres o cuatro grados más y que el clima de Sevilla se parecerá al de Marrakech, donde las temperaturas son cálidas todo el año y el verano es mucho más caluroso. El actual clima de Sevilla se desplazará hacia el norte.
Ese cambio supondrá que los veranos se alargarán más y que aumentará el número de noches tropicales en Sevilla. O lo que es lo mismo, cada vez habrá más madrugadas en las que las temperaturas no bajarán de los 28 grados. En cuanto a las lluvias, la previsión es que las precipitaciones serán menores pero podrían llegar cada vez más en forma de lluvias torrenciales. Ese cambio tendrá también su influencia en los cultivos. Y podría afectar a la vid y al olivo. «Algunos agricultores ya saben que habrá consecuencias y hay bodegueros que ya están comprando tierras en Inglaterra en previsión de lo que viene», dice Esteban de Manuel.
Si eso ocurre, ese cambio tendrá igualmente importantes consecuencias en la economía ya que provocará la subida de precios de algunos productos y también afectará a la dehesa y, en general, a la agricultura sevillana. «La cultura andaluza vinculada a la tierra se verá afectada», explica.
Entonces ¿qué se puede hacer para evitar todo eso?, ¿estamos a tiempo? Los cálculos expertos estiman que hay que tomar medidas ya. Si no se hace algo de forma inmediata, a partir de 2030 el cambio será incontrolable. Por ello y para evitar entrar en ese punto de «no retorno» es necesario actuar.
Una de las prioridades pasa por reducir en un cuarenta por ciento las emisiones de gases. Y para ello haría falta cambiar el modelo de desplazamientos. Reducir el número de coches por la ciudad con más transportes públicos. Para ello hará falta un plan ambicioso de transporte público y mejorar la accesibilidad al centro histórico.
Más árboles
Plantar árboles es otra de las soluciones que podría resultar más eficaz y barata ya que rebajaría el efecto del calor. Según Adelante Sevilla, la capital hispalense es la ciudad con menos árboles por habitante de España. Aunque el Ayuntamiento ha asegurado recientemente que en los últimos cuatro años se han plantado casi 10.300 árboles y que en Sevilla existen más de 182.000 arboles en las zonas de gestión municipal, serían necesarios 250.000 más para paliar el calor. Lo ideal sería un árbol por habitante.
La creación de un gran parque agrario metropolitano que produjera alimentos frescos de proximidad es otro de los retos para afrontar el cambio climático. Una idea que no sólo tendría una incidencia positiva en el medio ambiente sino que también podría ser un nuevo nicho de empleo.
De emergencia antes de diez años
La emergencia climática no debe ser sólo una declaración de intenciones. Para evitar consecuencias irreversibles de aquí a diez años, lo más urgentes es actuar ya. En la moción se aprobó emprender una campaña informativa de las consecuencias que tendrá para Sevilla superar 1,5 grado más de temperatura. Yponer en marcha un Plan de Acción por el Clima y la Energía sostenible. Paneles solares en las comunidades de vecinos, residuos cero, agroecología... También reducir un cuarenta por ciento las emisiones de gas, restricciones de tráfico y plantar árboles contra el efecto calor.