Juan Bautista Vermay: Pintor, profesor y arquitecto en la Cuba del siglo XIX
MADRID, España.- El pintor francés Juan Bautista Vermay nació en Francia en 1786, donde fue discípulo en París de Jacques Louis David (1748-1825) ─muy influyente en el estilo neoclásico─ y protegido de Napoleón Bonaparte, por lo que tras la caída del imperio emigra y llega a La Habana a finales de 1815, donde recibiría el encargo del Obispo Juan Díaz Espada (1756-1828) de pintar los frescos de la Catedral.
Al crearse en 1818 la Escuela Gratuita de Dibujo y Pintura, más tarde llamada Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, en honor a su fundador Alejandro Ramírez, superintendente general y director de la Real Sociedad Económica Amigos del País, Vermay es nombrado su director.
“La enseñanza de las artes plásticas se orientará a las nuevas generaciones de artistas dentro de neoclasicismo, implantado ya en las iglesias habaneras. Desde entonces la influencia de la pintura francesa estará presente en la pintura colonial cubana (…)”, se anota en la reseña sobre “Juan Bautista Vermay” que aparece en el libro Arte Cubano, del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (2001).
Aparte de su actividad como maestro, Vermay pintó retratos, entre estos algunos de capitanes generales de la Isla, y obras de temática religiosa para iglesias como la pintura de San Ignacio de Loyola para la iglesia de San Nicolás, una Virgen del Pez para la del Ángel, un San Juan Bautista y una Virgen de Guadalupe para la de la Caridad.
Pero su creación más elogiada y conocida es la pintura de contenido histórico, en especial la que se aprecia en El Templete de La Habana Vieja, para el que realizó tres grandes lienzos que cubren las paredes de ese monumento neoclásico erigido durante el gobierno de Francisco Dionisio Vives en 1828: La primera misa bajo la ceiba memorable, Constitución del primer cabildo de la villa San Cristóbal de La Habana, ambos de 1826, y Solemne fiesta religiosa oficiada por el Obispo Espada (1828), escenificación del acto de bendición del lugar donde se efectuó la primera misa oficiada por dicho Obispo, en presencia del Capitán General, autoridades eclesiásticas, civiles y militares, funcionarios del gobierno colonial y personalidades, y se reunió el primer Cabildo de la villa de San Cristóbal de La Habana.
La popularidad de estas obras radica en buena medida en que cada año cientos de personas acuden al Templete ubicado en el centro histórico de la capital cubana, con motivo del aniversario de la fundación de la ciudad, en lo que ha devenido celebración popular.
Vermay fue, además, arquitecto, decorador y escenógrafo. Proyectó el teatro El Diorama en La Habana, inaugurado en 1828 con una exposición de dibujos de la Academia San Alejandro, y convertido luego en punto de reunión de la sociedad.
Juan Bautista Vermay falleció el 30 de marzo de 1833, víctima de la epidemia de cólera que azotaba ese año La Habana. Todavía se mantenía como director de San Alejandro.
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